El glorioso reinado de los 'Verds'

Los ensayos y el trabajo de los Castellers de Vilafranca han revolucionado los 'castells'

Los de Vilafranca, entrenando en el patio de su sede, la semana pasada.

Los de Vilafranca, entrenando en el patio de su sede, la semana pasada.

R. M.
TARRAGONA

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Los Castellers de Vilafranca han ejercido un dominio aplastante durante las dos últimas décadas y no hay indicios de que vayan a dejar de hacerlo. En todo caso, el empuje que están demostrando los Minyons de Terrassa está por ver si se prolongará a lo largo de la temporada y si, en definitiva, serán capaces de superar a los de la camisa verde. "Hemos hecho nuestra mejor media temporada", asegura el presidente de los Castellers de Vilafranca, Josep Cabré, para despejar dudas.

Pere Almirall, el cap de colla de los Verds, está siguiendo la senda triunfal de su antecesor, David Miret, y de los anteriores responsables técnicos de la entidad. El trabajo de los últimos 20 años ha afinado un engranaje que se ha convertido en modelo para numerosas colles. Ensayar tres días a la semana ha dado resultados sorprendentes. A ello también contribuye una media de más de 300 castellers en las sesiones que realizan en su sede de Cal Figarot.

"Casi hemos conseguido profesionalizar una actividad que sigue siendo amateur", explica Cabré, aunque lamenta que eso implique  una gran dedicación a la entidad. "Muchos estamos más tiempo con los castells que con la familia y eso que unas 70 personas ayudan a los miembros de la junta en la organización de las actividades", detalla. Y añade que la entidad, con unos 900 socios, funciona "casi como una empresa".

Esta actitud es la que ha llevado a los Castellers de Vilafranca a ganar la cita bienal del concurso de Tarragona en nueve ocasiones (las últimas siete de forma consecutiva). La primera vez se remonta a 1996.  Pero no solo eso, los Verds son los castellers que tienen a su alcance una gama más amplia de castells y muchos de ellos, a pesar de su máxima dificultad, los ejecutan con tanta sobriedad que parecen simples construcciones.

«Nosotros hemos empezado muy bien», valora Almirall, en la misma línea que el presidente, y se muestra optimista cara a la segunda parte de la temporada. "El año pasado teníamos el inconveniente de que todo lo de arriba era nuevo, desde dosos a la casoleta y el enxaneta. Pero fue muy bien porque, a pesar de los cambios, hicimos una gran temporada. Este año, teóricamente, tendría que ser más bueno", añade el cap de colla.

Pocas caídas

El responsable técnico de la entidad del Alt Penedès reconoce que esta temporada han «apretado un poco» porque el primer castell de gama extra lo solían hacer a finales del mes de julio. Es decir, en la diada de Les Santes en la que participan hoy en Mataró. "Este año ya hicimos nuestro primer dos de nou el 4 de julio en Tarragona y lo repetimos a la semana siguiente en Altafulla", detalla Almirall.

Otro dato que reconforta en esta carrera por hacer los castells más altos y de más dificultad son las pocas caídas que, en general, se están produciendo. En una de sus temporadas más gloriosas, los de Vilafranca cerraron el 2013 con una sola caída. Fue en la última actuación de una temporada en la que hicieron sus dos tres de deu. Hicieron llenya en el intento de un castillo nunca levantado: el quatre de deu amb folre i manilles. "Las pocas caídas demuestran que se están haciendo las cosas bien", dice Cabré.