Gente corriente

Florencio Serrano: "Que nadie me pregunte lo que es el aburrimiento"

El vacío que dejó su mujer lo combatió con una maqueta de tren: 11 años estuvo haciendo una. Él tiene 87.

«Que nadie me pregunte lo que es el aburrimiento»_MEDIA_1

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MAURICIO BERNAL

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Uno es mayor; uno ha trabajado siempre; uno ha compartido con una mujer su vida. Pero uno, un día, se jubila; y uno, otro día, pierde a su mujer. Uno se queda solo, y sin saber muy bien qué hacer. Uno se pregunta cómo llenar el tiempo, qué hacer con el vacío. Uno cavila. Uno tiene opciones, tal vez muchas, o no tiene ninguna. Uno puede sembrar jardines, aprender cocina o bricolaje, volverse filatélico o numismático. Uno cavila. Uno se pregunta: ¿qué hacer? Y en fin: uno le puede dedicar 11 años a una maqueta de tren.

-Cuénteme, ¿en qué trabajaba?

-Era técnico de Telefónica. Me jubilé en el 86… Hace 27 años, ya.

-Pero no hizo entonces la maqueta.

-Hice otras cosas. Hice barcos a escala, hice tapices… Y otro tipo de maqueta, una que me encargó un día mi yerno, que es arquitecto. Me trajo unos planos, y yo se la hice.

-Pero, ¿usted sabía hacer maquetas?

-Aprendí. A mí siempre me ha gustado el bricolaje, todos los muebles de la casa los he hecho yo, y el suelo, y la cocina... Si hay que hacer obras en la cocina, yo me compro un libro, y hasta que no aprendo, no descanso. Me había jubilado, sí, pero no me sobraba ni un minuto nunca. Que nadie me pregunte lo que es el aburrimiento, porque no lo sé.

-Hablemos de la maqueta, la del tren. ¿El detonante fue la muerte de su mujer, en serio?

-Mire, en el 2001 murió mi mujer, y recuerdo que mis hijos me dijeron: «Cambia las cosas de la casa, para que no te recuerden a ella». Lo hice, cambié la casa, y cuando terminé, mi hijo me dijo: «¿Sabes qué deberías hacer?» Y yo: «Qué». «Una maqueta de tren». Y yo: «¿Qué?», y luego: «Bueno, déjame ver», y me puse a estudiar. A mí el asunto me sonó a juguetes, pero cuando miré quedé alucinado de lo que era eso, y de la afición tan grande que había. Mi hijo lo que quería era que yo estuviera ocupado, y yo le dije: «Pues vamos a montar algo que valga la pena».

-Una gran maqueta.

-Eso. Mi hijo trabaja en Monzón, Huesca, tiene una casa allí y allí decidimos montarla, porque en una casa de pueblo es más fácil. Cuando supe qué espacio tenía empecé a hacer los dibujos de los circuitos. Luego hice una maqueta de la maqueta, escala 1/5, le hice una foto y se la envié a mi hijo.

-¿Y el montaje? ¿Se instaló en Monzón o qué hizo?

-No, todo lo que podía lo hacía aquí y me lo llevaba allí. Iba en mayo y en octubre, porque son los meses en que hace buen tiempo; el invierno y el verano son muy duros allí. Iba y montaba lo que había hecho aquí, y era mucho trabajo, a veces hacía jornadas de 12 horas para montar lo que había llevado.

-¿Y aquí? ¿Trabajaba a diario?

-Cada día, durante 11 años he trabajado cada día. Tenía prisa, ¡con la edad que tengo! Igual dejo la obra a la mitad, pensaba.

-¿Cuándo acabó?

-En octubre.

-Vi el vídeo en Youtube. 11 años entre vías.

-Sí, eso fue el último día. Llegó un amigo de mi hijo con una cámara y me grabó.

-Dice que le dedica su maqueta a todos los jubilados.

-Sí, es la mejor terapia para alguien que ya no trabaja, que pierde a su mujer y que se encuentra solo. Te pasas el día pensando: «Cómo haré esto, cómo haré lo otro», y no piensas en nada más. Porque cuando pierdes a tu mujer puedes pasar unos años muy duros, pero a mí esto me lo hizo más llevadero.

-¿Cuánto tiempo estuvieron juntos?

-Cuarenta y pico de años. No llegamos a las bodas de oro.

-¿Y ahora? ¿Qué hace?

-Ahora, ¿la verdad? Ahora me siento un poco raro. Estoy en el paro.