El expresidente del Castellón pagó 165.000 euros por un conjuro de amor que no funcionó

El empresario José Laparra, que ha quedado en libertad con cargos, está imputado por allanamiento de morada y realización arbitraria del propio derecho

José Laparra, en los tiempos en los que era presidente del Club Deportivo Castellón.

José Laparra, en los tiempos en los que era presidente del Club Deportivo Castellón. / periodico

FERNANDO VALERO / Zaragoza

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José Laparra, de 46 años y expresidente del Club Deportivo Castellón que aparece vinculado indirectamente en la 'trama Gürtel', pagó 165.000 euros a una echadora de cartas que vive en Magallón (Zaragoza) para que, mediante un conjuro amoroso, consiguiera que una mujer por la que sentía una verdadera pasión se enamorara de él. Pero el hechizo falló, no se produjo el flechazo, y el pasado miércoles Laparra, que se sentía estafado, se presentó junto con otras cuatro personas en el domicilio de la adivina para exigir la devolución del dinero.

El padre de la tarotista les abrió la puerta, pero su hija tuvo tiempo de avisar al 112, que a su vez movilizó a la Guardia Civil, y varios agentes detuvieron en pocos minutos a los intrusos y los trasladaron a los calabozos del cuerpo en La Almunia.

Dinero devuelto

Fuentes próximas a la investigación indicaron que, antes de la llegada de los miembros del instituto armado, el progenitor de la adivina, conocida como Lucía Martín, de unos 30 años, reunió una gran cantidad de dinero que había en su casa con la intención de dársela a los inesperados visitantes.

La Guardia Civil se incautó de esa suma, en torno a 140.000 euros, y la entregó al juez del caso, por si considera que puede haber un delito fiscal por parte de la adivina. El dinero, recogido en un fajo, estaba envuelto en papel de periódico. "No hubo violencia ni intimidación y el padre de la tarotista les facilitó el dinero que le pedían", manifestó el abogado defensor de cuatro de los detenidos, José Palacín.

El abogado explicó que los agentes se incautaron de una pistola simulada que hallaron al registrar el bolso de la única mujer que intervino en el asalto. "En ningún momento apuntó con ella", subrayó.

La repentina entrada de la Guardia Civil en la casa de la echadora de cartas hizo que Laparra, que padece problemas coronarios, sufriera una crisis de ansiedad, por lo que fue trasladado al Hospital Clínico de Zaragoza, donde recibió el alta tras ser examinado en urgencias.

En libertad

El viernes todos los sospechosos fueran llevados ante el juez de guardia en Zaragoza, dado que el lugar donde ocurrieron los hechos perteneceal partido judicial de la capital aragonesa.

Uno de los cinco detenidos, el chófer, fue puesto en libertad en la tarde del viernes, dado que no entró en la vivienda y permaneció todo el tiempo junto al coche, en una calle cercana al domicilio de la echadora de cartas. Laparra quedó en libertad con cargos: allanamiento de morada y realización arbitraria del propio derecho. También salieron en libertad, con las mismas acusaciones, las tres personas que le habían acompañado al domicilio de la adivina, a los que había asegurado que el motivo del viaje a la localidad del Campo de Borja era "cobrar una deuda".

Denuncia de extorsión

El conductor llevaba solo un día trabajando para Laparra, que únicamente es amigo de la mujer arrestada, dado que los otros dos sopechosos no pasan de ser meros conocidos, según el abogado. En principio, Lucía Martín no ha sido detenida y figura en el atestado como denunciante de una tentativa de extorsión.

La adivina procede de Barcelona y se instaló hace dos años en Magallón, donde lleva una existencia discreta, hasta el punto de que muchos de sus 1.300 vecinos apenas la conocen.

"Mi cliente se sintió engañado y por eso viajó a Magallón desde Valencia", señaló este viernes Pedro Luque, abogado de Laparra, que también está implicado en el 'caso Gürtel'. Sin embargo, Luque no quiso revelar la causa del engaño, que atribuyó a "un negocio o suerte, quizá".

José Palacín, letrado del resto de acusados, negó que sus clientes hubieran entrado a la fuerza en la casa de la echadora de cartas.

El contacto

Carmen F. G., amiga personal de Laparra y también imputada, fue quien le puso en contacto con la echadora de cartas de Magallón, con quien había trabajado años antes en una línea de tarot.

Según declaró Laparra ante la Guardia Civil al ser detenido, Lucía Martín le aseguró que si quería conquistar a la mujer de sus sueños debía realizar abluciones durante 40 días con agua impregnada de pétalos de flores blancas y embadurnarse con tierra de cementerio.

Apertura voluntaria

El rito no surtió ningún efecto y el expresidente del Castellón organizó el viaje a Magallón para recuperar el dineral que había pagado por los servicios de la vidente. "No es cierto que se presentaran de improviso y por la fuerza se hicieran con el dinero", subrayó Palacín, que insistió en que Laparra "avisó de antemano" de su desplazamiento.

"El padre de la adivina les abrió la puerta voluntariamente y, de la misma manera, les dio el dinero que reclamaban en un sobre", continuó el abogado, cuya versión discrepa de la facilitada por la Guardia Civil, que habla de que los intrusos registraron la casa en busca del dinero. Mientras tanto, Lucía Martín, presa del pánico, se hallaba escondida bajo un colchón.

Además del dinero, los agentes intervinieron a los intrusos, que no podrán acercarse a menos de 500 metros de su supuesta víctima, un arma simulada, una microcámara con forma de botón y un coche de lujo.