AVANCE EN EL COMBATE DE UNA ENFERMEDAD

Un estudio halla un mecanismo fundamental del cáncer de mama

Investigadores del IBEC demuestran que las células detectan la creación de tejido duro

Una mujer se somete a una mamografía en un centro médico de la ciudad francesa de Niza.

Una mujer se somete a una mamografía en un centro médico de la ciudad francesa de Niza.

EL PERIÓDICO
BARCELONA

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La presencia de nódulos duros en el tejido mamario es uno de los síntomas que indican la posible existencia de un tumor de mama incipiente. Se trata de un efecto que se puede identificar mediante la palpación, y que constituye ahora mismo un dato fundamental a la vista de que la formación de tumores está asociada al endurecimiento del tejido.

Controlar esta rigidez sería muy importante para combatir los tumores de mama, pero también en muchos otros tipos de cáncer, en cuyos casos también se produce un endurecimiento anormal del tejido. Esta es la conclusión a la que han llegado investigadores del Institut de Bioenginyeria de Catalunya (IBEC), responsables de un estudio que ha contado con el apoyo de la Obra Social de La Caixa y que podría contribuir decisivamente a la lucha contra el cáncer.

Hasta ahora se desconocía cómo las células son capaces de detectar la rigidez del tejido, y por qué reaccionan de forma distinta ante la rigidez en función de si las condiciones son sanas o tumorales. Los investigadores del IBEC han demostrado con su estudio qué papel cumplen las moléculas que las células utilizan para adherirse a su entorno, denominadas integrinas. Son las que permiten a las células detectar y adaptarse a la rigidez del tejido. Y, como se verá, hacerlo de forma diferente en los casos en los que hay tumor y en los que no.

«Hemos observado que en las células de mama sanas las propiedades adhesivas de las integrinas hacen que las células reduzcan la fuerza que aplican a su entorno si este es más rígido de lo normal», explica Pere Roca-Cusachs, el investigador principal del Institut de Bioenginyeria de Catalunya, que también es profesor lector de la Universitat de Barcelona (UB). Roca-Cusachs, que ha encabezado el estudio, subraya lo relevante del hallazgo: «Dado que una reducción de fuerzas también reduce la rigidez del tejido, este mecanismo puede prevenir el endurecimiento del tejido».

Integrinas distintas

Las células cancerígenas de mama expresan un tipo diferente de integrinas, que tienen unas propiedades adhesivas distintas y hacen que las células apliquen más fuerza a medida que la rigidez del tejido es mayor, creando una retroalimentación que podría acaba conduciendo a la formación de los nódulos duros característicos del cáncer de mama.

«Nuestro estudio es el primero que describe un mecanismo molecular de detección de la rigidez del tejido, y lo demostramos en células humanas sanas y cancerígenas», dice Roca-Cusachs, que concluye: «Lo más fascinante es que el endurecimiento anormal del tejido se presenta no solo en el cáncer de mama, sino en muchos otros tipos de cáncer».