Gente corriente

Drina Stojsic: «He visto perros con dos jerséis en un piso a 25º»

Veterinaria de cabecera a domicilio. Visita a gatos y perros de todo tipo, pero es especialista en galgos.

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CARME ESCALES

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En el maletín profesional de esta barcelonesa de 41 años, afincada en Terrassa y descendiente de serbios, rusos e italianos, viaja siempre con ella un aparato de terapia láser como el que trata el dolor de muchos deportistas de la élite mundial. Cuando decidió iniciar su carrera ambulante como veterinaria de cabecera, se propuso hacerlo con la más avanzada tecnología y preparación. De la fitoterapia y la homeopatía extrae secretos para complementar antibióticos y otras fórmulas médicas que también receta.

-Con el equipo de terapia láser, ¿qué trata?

-Todo lo que provoque inflamación. En gatos, trato muchos problemas de boca. Y ahora vengo de aplicárselo a un pastor alemán con artrosis. El láser rebaja el dolor y no tiene efectos secundarios. Lo uso en enfermedades crónicas para intentar reducir la medicación para el dolor, que suele dañar el hígado. Solo hay que evitar el abdomen de las hembras gestantes y vigilar con cachorros, pues algún estudio dice que el láser puede cerrar las placas de crecimiento, aunque otros estudios lo desmienten. Yo no utilizo nada que no esté respaldado por estudios clínicos científicos, pero me gusta innovar, por eso creé mi propio gabinete a domicilio y lo llamé Innovavets. Y sigo formándome. La formación es cara pero necesaria.

-¿Qué ventajas tiene la visita a domicilio?

-El animal en casa está siempre mucho más relajado. Sobre todo los gatos, se estresan muchísimo cuando van a la clínica, y a los cachorros les evitas el riesgo de infecciones que siempre hay en una clínica veterinaria. A domicilio, menos radiografías u operaciones, lo puedes hacer todo. Yo tengo un laboratorio en casa donde analizo citologías y muestras de orina y heces.

-¿Y los inconvenientes de ir a las casas?

-Bueno, de casa en casa no tienes visibilidad. A mí siempre me llaman porque alguien les ha hablado de mí, y también trabajo mucho con criadores. Por ejemplo, esta galga afgana, Virgínia, de Barcelona [en la foto], nació en el criadero Mariscalato de Rosa Lozano, en Cartagena. Los galgos son mi debilidad, he estudiado bien su genética porque me gustan mucho. Tienen características psicológicas, físicas y fisiológicas especiales. Son más gatos que perros. Hay 13 razas de galgos reconocidas por la Federación Canina Internacional.

-¿Fuera de España es más común la atención veterinaria a domicilio?

-Es mucho más común la atención veterinaria en general. Aquí tenemos el doble de veterinarios que en Alemania para la mitad de población, y la cultura del cuidado animal no tiene nada que ver. En Suecia, otro ejemplo, un maltrato o abandono animal sale en las noticias porque no es normal. Allí la de enfermero auxiliar veterinario es carrera universitaria, y las tiendas de animales son peluquerías o para comprar la comida, los perros los compran al criador. Aquí pensamos que el pedigrí es un título nobiliario, pero es el ADN, la información de problemas que ha tenido la familia y que el animal podrá tener. En canes también curar es más caro que prevenir.

-¿Qué hace un buen criador?

-Asesorar al comprador en función de la vida que lleva y de dónde vive. Comprar un animal por impulso es lo peor que se puede hacer. Un buen criador se preocupa por saber quién eres y atiende todas tus dudas. Aunque las protectoras están llenas de animales maravillosos, no hay que olvidarlo.

-En Barcelona cada vez hay más perros.

-Más perros y menos gasto veterinario. Se vacuna demasiado, pero no se previene con revisiones. Yo he visto descalificar a un perro de concurso por no respirar bien. Hay quien prima la belleza antes que la salud, pero todo se puede compaginar. De casa en casa, he visto de todo: perros con dos jerséis en un piso a 25º, gente rica hacer sacrificar a su perro enfermo y a otros pedir un crédito para salvar al suyo.