Arenales sin protección pese a la afluencia de bañistas

Desbordados en el cámping

Los clientes de La Gaviota y Las Palmeras disfrutan de la bonanza otoñal en Sant Pere

F. C. / SANT PERE PESCADOR

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Viernes, 26 de septiembre. Una semana después de que se ahogaran dos personas en las playas de Sant Pere Pescador (Alt Empordà), la recepcionista del cámping La Gaviota, en la playa de Can Nera, está desbordada. «Estamos peor que en agosto. Creo que en en norte de Europa hace mal tiempo y como aquí muchos cámpings grandes ya han cerrado, la gente mayor, que es la que puede, alarga el verano y viene aquí», comenta Carola.

El diagnóstico es confirmado por la propietaria, Núria Trillas. «Parece ser que en Alemania, Suiza y Holanda está haciendo malo, y por eso vienen aquí. Si aquí no hiciera bueno se irían más al sur. Tenemos el cámping prácticamente lleno», explica. Trillas es patidaria de que se amplíe la temporada de vigilancia en las playas, ya que casi todos sus clientes son amantes de este tipo de turismo. Eso sí, también quiere dejar muy claro que las personas que se ahogaron cometieron una imprudencia al meterse en el agua con mala mar, porque ese dia había «mucha resaca».

Bandera de aviso

En el aparcamiento de la playa hay una veintena de coches. La temperatura supera los 24 grados y no hay ni una nube en el cielo. Numerosos bañistas soportan estoicamente el sol gracias a la brisa. Algunas personas se están bañando muy cerca de la torre de vigilancia, que está vacía, y en la que ondea una bandera amarilla de precaución a pesar de que el mar está aparentemente en calma. «La semana pasada no había bandera ni vigilante. Creo que la han puesto hace poco», asegura Martí Canal, un jubilado de Olot que junto con su mujer, Conchita Pagès, frecuenta esta playa durante esta época del año. «Preferimos venir en septiembre, porque es más tranquila. No hay aglomeraciones pero sigue viniendo gente», explica la mujer.

La pareja no se explica cómo es posible que el ayuntamiento no amplíe la vigilancia en septiembre, «porque viene mucha gente, especialmente los fines de semana, y es un mes en el que el mar está un poco más movido». Sin ir más lejos, ellos estuvieron el fatídico viernes en el que murieron dos personas y confirman que había mala mar pero aún así había personas que se bañaban porque hacía mucho bochorno.

Bernardette Estivals, René Thomas y su esposa, Hilda, toman el sol al lado de la vacía torre de vigilancia. No se bañan: son conocedores de las traidoras corrientes de esa playa. Ellos confirman que en el mes de septiembre hay mucha gente que va a las playas de Sant Pere Pescador. Los tres coinciden en que el ayuntamiento debería ampliar el dispositivo de socorro en la playa. «Nos cobran tasas e impuestos, pues que nos den un buen servicio», sentencia René.