La cumbre del clima se alarga hasta el sábado para intentar un acuerdo

La conferencia del clima de París (COP21) concluirá el sábado, un día más tarde de lo previsto, porque las discrepancias que todavía persisten en el texto del acuerdo final han obligado a adoptar una prórroga, según ha decidido Laurent Fabius, ministro francés de Asuntos Exteriores y presidente de la cumbre. Fabius presentó la noche del jueves el que esperaba que fuera el último borrador, pero después de siete horas de discusiones se ha optado por negociar diversos cambios para satisfacer a todas las delegaciones. No será fácil.

"Preferimos darnos un tiempo para consultar a las delegaciones. El acuerdo se presentará el sábado para su adopción a partir de mediodía", ha dicho escuetamente Fabius, pero no se descarta que pueda prolongarse hasta la madrugada del domingo.

Al parecer, entre los escollos principales destacan la oposición mostrada por varios países petroleros, como Arabia Saudí o Venezuela, a un capítulo que subraya que la comunidad internacional debe esforzarse para evitar que las temperaturas medias mundiales aumenten como máximo dos grados con respecto a los valores preindustriales, o incluso 1,5 grados si es razonablemente factible. También ha habido quejas de los más desfavorecidos porque se "ha suprimido alguno de los apartados más ambiciosos", explica Tatiana Nuño, responsable de la campaña de cambio climático de Greenpeace-España. Por ejemplo, el borrador ya no habla de porcentajes concretos de reducción de emisiones en un horizonte determinado, sino que se limita a decir que debería llegarse a un pico de producción "lo antes posible".

MENOS CORCHETES

El último borrador, en el que prácticamente han desaparecido los corchetes o asuntos pendientes de discusión (quedan 48 frente a los 365 de la versión anterior), tendría que ser la base casi completa del texto que se apruebe en la reunión plenaria del sábado, según ha expresado Fabius. Tiene 27 páginas, de las que 12 corresponden al tratado en sí y 15 al preámbulo y decisión que lo desarrollan.

Otro asunto conflictivo, como destacan las oenegés ecologistas, es que, a petición también de Arabia Saudí y otros, el objetivo de la "descarbonización" o eliminación completa del uso de combustibles fósiles en el mundo ha sido sustituido en el texto por la expresión "neutralidad climática", lo que da vía libre a sustituir la reducción de emisiones por otros métodos "peligrosos", según Alejandro González, de Amigos de la Tierra-España, "como capturar el carbono y almacenarlo bajo tierra". No hay ni siquiera un objetivo de descarbonización a largo plazo, hacia el 2100, como proponía la Unión Europea.

PUNTOS CONFLICTIVOS POR CERRAR

Entre los puntos que quedan por cerrar, Fabius ha destacado la ambición del acuerdo, la diferenciación entre países ricos y pobres y la financiación del Fondo Verde, herramienta financiera creada para que los más desfavorecidos puedan realizar una transición verde lo más rápida posible.

El preámbulo, finalmente, señala que el pacto debería guiarse por "responsabilidades comunes pero diferenciadas" en combatir el cambio climático y tener en cuenta las necesidades de los países en desarrollo y de los más vulnerables, también menos responsables de haber causado el problema.