Críticas al obispo Cañizares por sus declaraciones sobre los refugiados sirios

Una oenegé le denuncia ante fiscalír por incitación al odio y otra pide explicaciones públicas

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Las recientes declaraciones del arzobispo de Valencia, el cardenal Antonio Cañizares, preguntándose si en esta "invasión de inmigrantes" y refugiados "es todo trigo limpio", han provocado una oleada de críticas e incluso una denuncia ante la Fiscalía por un presunto delito de apología del odio.

Durante un encuentro informativo, Cañizares también consideró este miércoles que los gestos de acogimiento a refugiados e inmigrantes "pueden quedar muy bien hoy" pero esas personas son "realmente el caballo de Troya en las sociedades europeas".

Ante ello, la Red Española de Inmigración ha denunciado a Cañizares por un presunto delito de apología del odio al considerar que "criminalizó a las personas refugiadas y de origen inmigrante". El cardenal "no dudó en calificar de invasión a Europa" la llegada de refugiados, en línea con los gobiernos de extrema derecha y formaciones de la derecha radical, ha argumentado esta Red.

Asimismo, la Red Acoge ha pedido al arzobispo de Valencia que se abstenga de realizar declaraciones que "generen confrontación, odio y rechazo", y ha resaltado que sus declaraciones "no son propias de una persona supuestamente concienciada con el amor al prójimo y la solidaridad con las personas más necesitadas".

Otra oenegé, Save the Children, ha pedido a Cañizares que aclare públicamente sus palabras y le ha recordado que los refugiados, entre los que se encuentran miles de niños, "están huyendo de la violencia, el conflicto y la persecución".

Desacreditación en la Iglesia

Desde el ámbito religioso, el presidente de la Conferencia Episcopal Española, Ricardo Blázquez, se ha referido este jueves a los refugiados señalando que "la presencia de Jesús se prolonga especialmente en los pobres y enfermos, en los perseguidos y refugiados, en los excluidos y descartados" durante la homilía de clausura del V Centenario del nacimiento de Santa Teresa, ante 6.500 personas y una veintena de obispos y arzobispos entre los que figuraba el propio Cañizares.

Por su parte, algunos líderes políticos como el alcalde de Valencia, Joan Ribó, han criticado las palabras de Cañizares tachándolas de "absolutamente intolerables" porque contradicen "totalmente" la Biblia, las declaraciones del papa Francisco, la Conferencia Episcopal y "el sentir de la gran mayoría de los valencianos".

El portavoz del grupo socialista en las Cortes Valencianas, Manuel Mata, ha afirmado en el pleno que el arzobispo "es una fábrica de apóstatas" y el exlíder del PSOE Alfredo Pérez Rubalcaba ha asegurado en su cuenta de la red social Facebook que siente "vergüenza" por esas declaraciones del arzobispo de Valencia.

No obstante, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, se ha mostrado convencido de que "como eminente representante de la Iglesia", Cañizares participa del principio de misericordia con los más débiles y en concreto con los refugiados.