Tribuna

El comienzo del fin

Antonio Basagoiti

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Esta mañana, desayunando con mis hijas, por fin les he podido decir que esto es el comienzo del fin, que ETA ya es pasado. Llevaba demasiados años, puede que los mejores de mi vida, teniendo un nudo en el estómago cada vez que salía de casa, pensando que antes de afrontar el día o dedicarme a mi vocación debía superar otros obstáculos derivados de la falta de libertad. Esto ha sido así mucho tiempo, especialmente en los años malos. Y por fin se va acabando. No puedo más que alegrarme porque es una buena noticia que ETA diga que lo deja. Personalmente, es un alivio salir de casa sabiendo que ya nadie va a atentar contra ti. Pero tenemos que decir muy alto que este momento ha llegado gracias al tesón de la sociedad vasca. Que entre todos hemos obligado a ETA a dar este paso. Que es el conjunto de la sociedad la que ha ganado. Que es la democracia, la Ley y la justicia la que han triunfado. Y todos los vascos y el conjunto de los españoles deben saberlo.

Esta es una buena noticia, pero ahora hay que seguir trabajando. Porque hemos trabajado mucho para llegar hasta aquí, para lograr la paz con libertad. Incluso con la vida. Y vamos a seguir haciéndolo porque ahora es el momento de la política con mayúsculas, de tener altura de miras y de dejar las siglas a un lado para, entre todos, poner el punto y final a esta sinrazón. ETA ha decidido bajar la persiana y ahora hay que cerrar su negocio y poner en ese solar cimientos de convivencia y libertad.

Es momento de que los partidos democráticos vayamos de la mano para prestigiar nuestro punto de encuentro del Estatuto de Gernika, y para deslegitimar la historia de ETA. Y desde aquí aseguro que el Partido Popular va a promover ese consenso. Vamos a seguir trabajando hasta que consolidemos una libertad plena que destierre para siempre el proyecto de ETA que tanto daño ha causado a Euskadi. Vamos a seguir trabajando hasta que consolidemos una libertad irrevocable.

Porque como decía arriba este es el principio del fin, el primer y más importante paso, pero no el único. Tenemos que conseguir que no se dé la razón a ETA por dejar de asesinar, como no se la hemos dado por matar. Comienza ahora un viaje, y no va a ser fácil, en el que el objetivo es conseguir que el sentimiento etarra desaparezca de todos los rincones de Euskadi y que todos nos vacunemos contra nuevos fanatismos y marquemos el camino de la convivencia y la libertad. La memoria de todas las víctimas de ETA debe servir para que esta historia no vuelva a repetirse nunca.

Quiero terminar con el deseo y con la esperanza de que mi familia, como todas las familias de tantos que han luchado por la libertad, vivan con la tranquilidad y las preocupaciones comunes. Que nunca más nadie quiera imponer unas ideas antidemocráticas. Y que todo el mundo tenga claro que no debemos consentir que nadie nunca más haga algo así. Cuando una mañana nos levantemos y nadie, nadie, se acuerde de ETA, entonces ETA habrá desaparecido del todo. Y habremos llegado a la meta.