Gente corriente

Carolina Garcia-Vidal: «Aquí puedes luchar con la enfermedad y derrotarla»

Ha sido premiada por su trabajo en enfermedades infecciosas. Así que: a hablar de baloncesto.

«Aquí puedes luchar con la enfermedad y derrotarla»_MEDIA_1

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MAURICIO BERNAL

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En la planta 12 del Hospital de Bellvitge, en el Servicio de Enfermedades Infecciosas: aquí trabaja la doctora Garcia-Vidal. Nacida en Barcelona hace 39 años y dedicada desde hace casi una década a la investigación clínica, acaba de recibir el premio al mejor investigador joven que otorga la Sociedad Europea de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas. Tercera vez que el premio se lo lleva una mujer, primera vez una catalana. De modo que hablemos de baloncesto.

-Yo era mala, pero mis equipos eran buenos. Pero no vaya a poner eso.

-¿En serio?

-No. Bueno. Es broma.

-¿Dónde jugaba?

-Llegué a jugar en Primera B, en varios equipos, más que nada en el AECS Hospitalet. Fuimos campeonas de Catalunya y de España.

-¿De qué jugaba?

-Era base.

-Y lo dejó por la medicina, supongo.

-Lo dejé cuando empecé a trabajar, sí. El baloncesto siempre ha sido una de mis pasiones, pero era incompatible con mi trabajo.

-Cuénteme, ¿por qué las enfermedades infecciosas?

-Supongo que porque tuve la suerte de hallar en el camino a un gran mentor, Javier Garau. Él me llevó por el camino de las enfermedades infecciosas; él me enseñó su magia.

-¿Magia?

-Magia, sí. Piense que la humanidad lleva conviviendo con las bacterias desde el principio; piense que el 90% de usted es bacteriano; piense que lo que somos a fin de cuentas es una interacción entre nosotros y los microorganismos. El control de las enfermedades infecciosas es lo que ha permitido alargar la vida de la gente, que ya no se mueran con 50 sino con 80 años. Si eso no es magia…

-¿Soy un 90% bacteriano?

-Hay algo más: también tiene algo de magia, en mi opinión, que es una rama de la medicina en la que puedes curar al paciente. Muchas enfermedades la medicina las puede cronificar, pero aquí puedes luchar contra la enfermedad y contar con derrotarla.

-Hace investigación clínica. Quiere decir que está siempre en contacto con pacientes. ¿Es parte del encanto de su trabajo?

-Sin duda: nada más bonito ni más duro que el contacto diario con el paciente. Todo empieza ahí: la base de la investigación clínica son las preguntas que te haces al tratar a alguien. No me puedo imaginar la vida sin los pacientes, pero, por otra parte, el acceso a las becas es más difícil, porque compites contra gente que hace investigación básica, que dedica todo su tiempo a investigar.

-Este premio…

-Sí. He competido con esa clase de investigadores. Gente que solo se dedica a eso.

-Y ya no a nivel personal, sino colectivo, ¿qué significado, qué alcance tiene?

-Bueno, es un premio de prestigio internacional y es un orgullo para los que nos dedicamos a las enfermedades infecciosas en España. Me han felicitado de Madrid, de Sevilla, por supuesto de aquí de Catalunya. Es un premio que nos pone en el mapa.

-Entre los pacientes y la investigación… No sé. No tendrá mucho tiempo libre.

-Poco, pero intento aprovecharlo al máximo, con mi familia y con mi pareja. Tener el apoyo de tu pareja es fundamental, y yo tengo esa suerte. ¿Sabe aquello de que detrás de todo gran hombre hay una gran mujer? Bueno, pues en este caso, detrás de una gran mujer hay otra gran mujer. Ana.

-¿Volvió a jugar a baloncesto?

-De esa época me quedó una gran amistad con Laia Palau, la capitana de la selección española. Y voy a ver partidos. Pero hace tres años que no toco un balón.