PRIMERA JORNADA del juicio por los cuatro asesinatos a tiros en la garrotxa

La acusación niega que el asesino múltiple de Olot esté perturbado

Pere Puig Puntí, vigilado por dos mossos, ayer en la Audiencia Provincial de Girona.

Pere Puig Puntí, vigilado por dos mossos, ayer en la Audiencia Provincial de Girona.

FERRAN COSCULLUELA GIRONA

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El juicio contra Pere Puig Puntí, el albañil de Sant Esteve d'En Bas (Garrotxa) que el pasado 15 de diciembre mató a sangre fría a cuatro personas en Olot disparándoles con un rifle, solo mantiene una incógnita: saber si el jurado popular admitirá la tesis de la defensa de que el acusado sufre una enfermedad mental. Un argumento que tanto el fiscal como la acusación particular empezaron a rebatir ayer en la Audiencia Provincial de Girona en la primera jornada de la vista. Puig se negó a contestar al Ministerio Público y a la acusación particular y solo admitió preguntas de su abogada, Núria Masó. «¿Se ratifica en todo lo dicho en sus declaraciones ante la policía, el juez instructor y durante la reconstrucción de los hechos?», inquirió la letrada. A lo que el albañil contestó con un escueto, pero contundente, «sí».

Esta afirmación significa que el acusado reconoce haber perpetrado los cuatro crímenes. Los dos primeros a las 8.45 horas en el bar La Cuina de l'Anna de La Canaya (Sant Joan les Fonts), donde disparó, casi a bocajarro, contra sus dos jefes, el constructor Joan Tubert y su hijo Àngel. Posteriormente se dirigió a la oficina de la CAM de Olot y allí tiroteó a los empleados de la entidad bancaria Rafael Turró y Anna Pujol.

VÍDEO DEMOLEDOR / El fiscal, Víctor Pillado, que solicita 80 años de prisión y medio millón de euros en indemnizaciones, pidió que se leyera al jurado popular el contenido de las declaraciones y que se pasara por las cámaras de la sala la filmación de la reconstrucción de los hechos. Si lo que el acusado dijo ante el juez no deja lugar a dudas sobre la autoría de los crímenes, el documento gráfico del vídeo es aún más demoledor.

En la filmación, tomada el mismo día de los crímenes, Puig explica con gran frialdad y todo lujo de detalles cómo llevó a cabo los asesinatos. En las imágenes aparece vestido de cazador, con ropa de camuflaje. La misma vestimenta con la que cometió la matanza y que se había puesto en vez de su ropa de albañil minutos antes de entrar en el bar de La Canya armado con su rifle.

A partir de hoy y durante dos días, un gran número de testigos que presenciaron los asesinatos prestarán declaración en el juicio. No queda ni sombra de duda sobre la autoría de los asesinatos. El quid de la cuestión es por tanto saber si la estrategia de la defensa sobre una posible enfermedad mental del acusado convencerá al jurado. La abogada cuenta con dos informes periciales realizados por dos psicólogos que así lo sostienen. El fiscal dispone de otro informe de especialistas forenses del Institut de Medicina Legal que afirma todo lo contrario.

En sus declaraciones, Puig afirmó que había matado a los constructores porque le debían dinero y a los empleados de la CAM, porque se sentía engañado con una deuda de su tarjeta de crédito. También afirmó que Joan Tubert era «como una serpiente» que se le había metido dentro. El fiscal abundó ayer en la minuciosidad con que Puig había preparado los asesinatos para demostrar que sabe lo que hace. «No es habitual que una persona mate a otras cuatro, pero tampoco lo es que unas personas estrellen un avión contra las Torres Gemelas», dijo Pillado al jurado. «¿Y todas estas personas están locas?», cuestionó Pillado.