¡Al abordaje!

Casales de verano Save the Children

Casales de verano Save the Children / periodico

Mireia Recasens. Save the Children

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“¡Oh capitán! ¡Mi capitán!”, decía el poema de Walt Whitman que se convirtió en mantra de la película El club de los poetas muertos. Este año, los niños del casal de verano de Save the Children en Barcelona también lo han entonado ya que uno de los grupos se ha convertido en la tripulación de un barco, pero no un navío cualquiera, ¡sino un barco pirata! Preparados con sus catalejos y acompañados de un loro, los pequeños se han embarcado en la nave para encontrar el mapa del tesoro al grito de ¡al abordaje!

Este tipo de aventuras son las que deberían vivir todos los pequeños ahora que están de vacaciones, porque todo niño tiene derecho al ocio, a jugar, a divertirse, a pasar un verano en grande rodeado de nuevas experiencias y nuevos amigos. Embarcados en el navío, los niños han podido hacer manualidades experimentando con colores y texturas, construir un barco pirata y hacer una réplica en miniatura, superar pruebas de ingenio y destreza, jugar con agua e ir de excursión a la piscina, a un parque de atracciones, y hasta de campamentos a la montaña durante una semana. Y es que el ocio es esencial para los niños, tanto para su bienestar emocional, como para desarrollar relaciones interpersonales y fomentar la inclusión en el propio entorno. Save the Children, junto al programa CaixaProinfancia, lleva años brindando esta oportunidad a las familias en situación de riesgo de pobreza o exclusión social que no pueden pagar estas actividades a sus hijos. De hecho, el 41’8% de los menores españoles no puede permitirse ir de vacaciones al menos una semana al año, según el Barómetro de la Infancia de Save the Children. Gracias a estos casales y campamentos de verano, los pequeños pueden disfrutar de un derecho fundamental de la infancia: el derecho al juego, recogido en la Convención sobre los Derechos del Niño de 1989.

Este año, 414 niños de entre 3 y 12 años han asistido a los casales organizados por la ONG en Barcelona y Lleida. A nivel estatal, más de 2.320 niños lo han hecho también en Cádiz, Madrid, Sevilla, Toledo y Vitoria. Este verano, por primera vez, se han realizado estas actividades en Melilla con 120 menores extranjeros no acompañados.

El objetivo principal: ofrecer a los niños más vulnerables una alternativa de ocio y tiempo libre educativo que favorezca su desarrollo de manera integral, así como su descanso y diversión. Uno de los motivos principales de llevar a cabo estas actividades es para contribuir a favorecer la conciliación familiar y laboral. Hay muchas familias que, a pesar de trabajar, siguen estando por debajo el umbral de la pobreza y no pueden costearse estas actividades. En los casales de la organización se generan espacios seguros donde los niños puedan desarrollarse a través de actividades de ocio saludable y educativo en un entorno libre de estrés y violencia donde puedan dejar volar su creatividad e imaginación. De este modo, se evita que estén solos todo el día o en entornos poco amigables para ellos.

Además, Save the Children también da respuesta a la malnutrición infantil proporcionando en todas las actividades al menos una comida completa al día, teniendo en cuenta que en verano los comedores escolares están cerrados y muchas familias tienen dificultades para garantizar una alimentación adecuada a sus hijos.

Es importante resaltar que los campamentos y casales de verano tienen un impacto muy positivo en estos niños: mitigan los efectos de estigmatización y baja autoestima generados por la situación de pobreza y vulnerabilidad en la que se encuentran. Llenar sus maletas de experiencias enriquecedoras que contribuyan a su desarrollo, de nuevos amigos e ilusión es lo mínimo que se les puede dar.