LAS ENTRETELAS DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL

Saiz Meneses y Taltavull cobran ventaja para suceder a Sistach en el Arzobispado de Barcelona

Los prelados de Tarragona y Urgell no logran apoyos en el episcopado español

JORDI CASABELLA / Madrid

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La carrera para convertirse en arzobispo de Barcelona cuando, dentro de 18 meses, el cardenal Lluís Martínez Sistach cumpla 75 años y tenga que renunciar hace ya algún tiempo que se inició. En esa prueba de fondo no hay apoyos ni gestos de desafección carentes de sentido. Como el espaldarazo que recibió el martes del pleno de la Conferencia Episcopal Española (CEE) el obispo de Terrassa, Josep Àngel Saiz Meneses, que seguirá presidiendo la comisión de seminarios y universidades. Junto a él emerge con fuerza la figura del obispo auxiliar de Sistach, Sebastià Taltavull, aupado a la presidencia de la comisión de pastoral.

Paralelamente, las eventuales candidaturas de los arzobispos de Tarragona y Urgell, Jaume Pujol y Joan Enric Vives, pierden gas. Pujol, un prelado del Opus que fue recibido en la diócesis con desconfianza pero se ha sabido granjear el afecto de quienes le han tratado, no ha sido incluido ni en la primera división de la CEE (el comité ejecutivo), ni en la segunda (las presidencias de las comisiones), ni en la tercera, la pedrea de cargos que sí alcanzó a Vives, ratificado como vocal del consejo de economía. El arzobispo de Urgell y secretario de la Conferencia Episcopal Tarraconense desde finales de los 90 lidera, junto a Sistach, la corriente catalanista de la jerarquía eclesiástica, una sensibilidad por la que Rouco y la mayoría de los prelados que le respaldan sienten una gran antipatía.

Menorquín de Ciutadella, Taltavull es un prelado afable que huye del protagonismo. Hay quien lo contrapone a Saiz, respaldado por el sector españolista, en su disputa por la mitra barcelonesa.

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