COLECTIVOS

Las azafatas reclaman poder llevar pantalón «por seguridad»

Azafatas de Air Nostrum con los uniformes que visten desde el año 2008. A la derecha, la anterior vestimenta, con la falda por encima de la rodilla.

Azafatas de Air Nostrum con los uniformes que visten desde el año 2008. A la derecha, la anterior vestimenta, con la falda por encima de la rodilla.

RAFA JULVE
BARCELONA

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La decisión de Air Nostrum de imponer el uso de falda a las azafatas ha reabierto un debate en torno al machismo que ha ocultado un aspecto práctico más relevante, advierte el colectivo. No basta con discutir si un uniforme es sexista. Como tampoco es correcto pensar que los auxiliares de vuelo se dedican solo a dar buena imagen de una compañía. Es más, esa no es su función prioritaria. «Si estamos en el avión es por una exigencia legal de seguridad. Estamos preparados para evacuar viajeros, para apagar fuegos, para atender a enfermos... Y por eso pedimos que las compañeras puedan llevar pantalón si lo desean, ya que suele resultar más cómodo y seguro para efectuar ciertas acciones», aclara Leonardo Peña, delegado del Sindicato de Tripulantes Auxiliares de Vuelo de Líneas Aéreas (STAVLA).

EL PROBLEMA, LA OBLIGACIÓN / Según este azafato -técnico de cabina de pasajeros, según la calificación profesional oficial-, el problema no es el uso de la falda, «sino que se obligue a llevarla». Lo mismo opina otra representante del STAVLA, Tania Coronil. En la aerolínea en la que trabaja desde hace cuatro años se les da a elegir y ella no se ha puesto nunca la falda: «El pantalón me ofrece más libertad de movimiento a la hora de revisar el material de seguridad, de subir y bajar de los asientos... Es más cómodo y seguro. Recuerdo una vez en la que tuvimos que solucionar un problema médico y a una compañera que vestía falda se le rasgó la prenda por detrás cuando se puso a correr para atender al pasajero».

Coronil asegura que, por lo menos en su compañía, la mayoría de las empleadas prefieren el pantalón. «Quizá en verano aumenta un poco el uso de la falda porque el uniforme es muy caluroso», admite. Después añade: «Tenemos que dar buena imagen porque trabajamos cara al público, pero lo primero es la seguridad». ¿Y cómo soporta el colectivo las actitudes machistas que aún lo rodean? «Es verdad que todavía hay un poso sexista, pero poco a poco estamos eliminándolo... Aunque, la verdad, algunos calendarios [se refiere al que protagonizan algunas azafatas de Ryanair] no ayudan».

RECOGIDA DE FIRMAS / En opinión de CCOO, tampoco está contribuyendo a la normalidad Air Nostrum. Primero porque sus azafatas están obligadas a llevar falda en la cabina y en el aeropuerto. «Solo pueden vestir pantalón en Valencia y Bilbao cuando están en la pista. Si suben al avión, tienen que cambiarse y ponerse la falda», asegura Mar Vicent, representante del sindicato. Y segundo porque «en toda la plantilla de auxiliares de vuelo [326 personas] no hay ni un hombre, y lo mismo pasa en los mostradores de embarque».

CCOO, explica Vicent, ya recogió 500 firmas de empleados de Valencia en el 2007 para reclamar a la aerolínea el uso optativo de la falda o el pantalón, y esta contestó que la competencia sobre la uniformidad es suya. Este diario se puso en contacto con la compañía para obtener su versión sobre el veto del pantalón y sobre la cifra de hombres contratados como auxiliares de vuelo. No obtuvo respuesta. Lo único que se le remitió fue un comunicado que desmiente que se haya recortado la falda y dos fotos que demuestran que la longitud de la prenda se alargó en el 2008 «en siete centímetros, hasta justo por debajo de la rodilla, atendiendo únicamente a criterios de imagen, elegancia, moda y funcionalidad».

Según CCOO, la empresa aconseja también a las azafatas depilarse las

cejas «hasta su perfecta delineación» y exige usar máscara de pestañas.