reforma legal por la salud pública

2011: prohibido fumar

ANTONIO M. YAGÜE
MADRID

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La última reserva de los fumadores en Europa, España, está a punto de desaparecer. El Congreso de los Diputados aprobó ayer por mayoría la reforma de la ley del tabaco que prohibirá fumar en bares, restaurantes y cualquier espacio público cerrado. De esta forma, España habrá pasado en poco más de dos décadas de permitir fumar en todos los sitios, incluidos hospitales y aulas de centros educativos, a tener desde el próximo 2 de enero una de las legislaciones más restrictivas de Europa, que prohibirá el tabaco en espacios como los parques infantiles, los patios de los institutos y los entornos de los hospitales.

La ley, que destierra los pitillos de los bares, desató una fuerte oposición de los hosteleros, que entienden que la prohibición vaciará los locales de ocio y estrangulará unos negocios ya muy golpeados por la crisis. Pero el argumento ha sido rechazado por el Gobierno y la mayoría de los partidos -con la excepción del PP-, que consideran la proscripción del tabaco una cuestión de salud pública que evitará miles de muertes. La ministra de Sanidad, Leire Pajín, que se ha encontrado la ley hecha tras casi dos años de trabajo desde que el Ministerio de Sanidad insinuara cambios en la norma, recordó ayer que en España se producen más de 50.000 muertes al año por tabaquismo, de las que unas 3.000 son de fumadores pasivos.

LEY INCUMPLIDA La ley anterior, del 2005, prohibió fumar en centros de trabajo y otros espacios públicos. Sin embargo, se permitió mantener el hábito en bares de menos de 100 m2, y en los locales de mayor tamaño se autorizaron áreas para fumadores. Pero la norma, como reconocieron ayer los portavoces parlamentarios, era ampliamente incumplida. Muy pocos hosteleros adaptaron sus espacios y, sin embargo, dejaban fumar a los clientes. En comunidades autónomas como Madrid, oficialmente ningún bar, discoteca o restaurante ha sido multado por saltarse la legislación durante este período. En cambio, Catalunya es la comunidad en la que los hosteleros más gastaron en habilitar sus locales. La ley no prevé indemnizarlos.

La Federación Española de Hostelería siguió insistiendo ayer en que la nueva ley acarreará la pérdida de unos 140.000 empleos, debido al descenso de ingresos del sector en un país de tradición fumadora y con una oferta turística que explota el ocio.

RECONOCIMIENTO DEL PP Pero el Ejecutivo lo rebatió y aseguró que el impacto en la hostelería será limitado. «La experiencia de otros países muestra lo contrario. Decir que irá menos gente a los locales es como decir que dejando fumar los bares se llenarán de clientes. El 70% de los españoles no son fumadores. Los locales sin humo permitirán el acceso de niños y de la tercera edad. Toca el tiempo de convivir sin humo en los lugares cerrados. Es una ley necesaria que hace historia», dijo Pajín.

Hasta el PP, que se quedó solo en el Senado defendiendo los cubículos para fumadores en todos los locales -alineado con la hostelería y las tabaqueras-, plegó velas ayer y votó con el PSOE y otros grupos, salvo en la enmienda que logró introducir en el Senado -con el apoyo de CiU- para permitir zonas de fumadores en casinos, bingos y salas de juego, y que también fue derrotada. «El texto final es una solución razonable. La ley es muy clara. Estoy convencido de que todas las comunidades autónomas la aplicarán», comentó el portavoz del PP Santiago Cervera, exconsejero de Sanidad de Navarra, con una actitud que contrastaba con la combatividad de otros portavoces durante la tramitación parlamentaria. Cervera únicamente se mostró molesto porque sea Pajín la ministra que se ponga la medalla.

IMPLICACIÓN AUTONÓMICA El cumplimiento de la ley será el principal caballo de batalla a partir del 2 de enero, a pesar de las palabras del portavoz del PP y del llamamiento a la implicación y corresponsabilidad de las comunidades autónomas -encargadas de su cumplimiento- formulado por la portavoz del PSOE Pilar Grande y la ministra Pajín.

Los temores no son infundados, sobre todo en algunas autonomías que boicotearon la ley del 2005. El secretario general de Sanidad, José Martínez Olmos, padre del texto finalmente aprobado, apuntó que los trabajadores de hostelería pueden denunciar ante la inspección de Trabajo, y los clientes de bares, en los libros de reclamaciones. «Las leyes, todas, deben ser cumplidas», apostilló.