INMIGRACIÓN

Lleida estrena «orgullosa» el veto del burka en espacios municipales

El alcalde presume de ser pionero mientras los musulmanes ven innecesaria la medida

Una mujer con velo integral en un rezo del último Ramadán en Lleida.

Una mujer con velo integral en un rezo del último Ramadán en Lleida.

ROSA MATAS
LLEIDA

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Satisfacción en el ayuntamiento y aparente indiferencia entre la comunidad musulmana. Con estas posturas recibe Lleida la entrada en vigor hoy de la prohibición del velo integral en los edificios municipales de la ciudad, tras medio año de trámites. Las infractoras afrontan sanciones de hasta 600 euros.

«Me siento orgulloso de que sea Lleida la primera ciudad de España que claramente regula un elemento discriminatorio hacia la mujer». El alcalde de la ciudad, el socialista Àngel Ros, presume así de la decisión de vetar el burka y el niqab. «Para mí es un tema de igualdad entre hombres y mujeres, de no discriminación», dice al hablar de una norma que en ocasiones ha defendido con argumentos de seguridad.

LA OPINIÓN DE LOS MUSULMANES / Entre los musulmanes de la calle del Nord, la que concentra más islamicos de la ciudad, la prohibición tiene críticos, que ven en el veto un enfrentamiento con el ayuntamiento, pero también voces conformistas en un momento en el que el colectivo tiene otra gran preocupación, la falta de mezquita. El templo de esta calle está cerrado por exceso de aforo desde septiembre y el iman, Abdelwahab Houzi, que dice seguir tramitando el proyecto de mezquita en un polígono, evitó ayer opinar sobre el burka remitiendo a su portavoz, Rachid, que zanjó la conversación con un tajante: «No quiero hablar».

En el bar Eura Donner, casi enfrente de la mezquita, algunos musulmanes, la mayoría argelinos, criticaron la prohibición municipal por ser muy pocas las mujeres que llevan velo integral en Lleida (cuatro, según uno de ellos).

Abdelaziz Bouteflika, argelino de 40 años, le molesta el veto. «El ayuntamiento no es Dios -dijo-. Podría dedicarse más a perseguir a las prostitutas que van por la calle también cuando hay niños». Y contó que la mujer de un amigo afgano del barrio, que va «tapada», no quiere venir a Lleida por la prohibición.

A su lado, Abdul Azyzy, trabajador de la carnicería Conyza 2000, no cuestionó el veto, del que dijo que no ha creado polémica entre el ayuntamiento y los musulmanes. «El cierre de la mezquita sí provoca enfrentamiento; la prohibición del burka no porque pocas mujeres llevan».

Para el alcalde el hecho de que no se vean demasiadas mujeres con velo islámico «dice mucho de la comunidad», en la que ha visto una «actuación francamente positiva». Ros considera significativo que el recurso en el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) contra la prohibición del burka haya sido presentado por una entidad «de una o dos personas», en referencia a Watani.

INTENTO DE SUSPENSIÓN / El intento de Watani de que el TSJC suspendiera cautelarmente la modificación de la ordenanza aprobada definitivamente en octubre, en la que el ayuntamiento, además del velo islámico, prohíbe cualquier prenda que tape la cabeza, no ha prosperado. La sección segunda del TSJC ha pedido al consistorio que envíe el expediente administrativo y le plantea la posibilidad de presentar alegaciones sobre la admisión del recurso por la vía de infracción de derechos fundamentales. El abogado de Watani, Carlos Antolí, sostiene que la prohibición vulnera los derechos fundamentales y que supone una discriminación por razones religiosas.

La ordenanza fue aprobada con los votos de CiU, PSC, PP y un concejal no adscrito. ICV votó en contra y ERC se abstuvo.