MERITXELL Y WINSTON, CASADOS EN ENERO DEL 2008

"Tengo 18 años más que él, pero no perdí la cabeza"

Meritxell Martínez repasa la documentación presentada para la legalización de su matrimonio.

Meritxell Martínez repasa la documentación presentada para la legalización de su matrimonio.

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Podría haber sido un simple amor de verano. Para Meritxell Martínez, sin embargo, fue«un flechazo».Durante sus vacaciones en la República Dominicana en septiembre del 2007, esta catalana de 48 años conoció a Winston, que trabajaba de guía turístico. Él inició la aproximación. Ella quedó prendada.

«Me preguntó si quería ir a pasear y ya no nos separamos hasta que yo me marché de la isla»,cuenta ahora la mujer.«Hablamos muchísimo, nos reímos mucho, era como si nos hubiéramos conocido toda la vida. Me fui de ahí convencidísima de que me quería casar con él»,prosigue Meritxell.

La boda se celebró durante su siguiente viaje al país, en enero del 2008. Tuvo que ir sola porque su madre estaba enferma y sus amigos estaban trabajando. Ahora agradece a sus familiares por no haberla cuestionado:«Tengo 18 años más que él, pero la cabeza me funciona muy bien»,asegura. Recién casados, decidieron que Winston se fuera a vivir a España.«Tengo mi casa y mi familia aquí, y las condiciones de vida son mucho mejores»,argumenta Meritxell.

«No imaginaba que fuera a ser tan complicado, y pensaba que estaría todo arreglado en tres o cuatro meses, como mucho»,pero finalmente, el consulado les denegó la inscripción del matrimonio. Eso significaba que Winston no podía viajar a España.

Además de los motivos recurrentes de denegación, el consulado español de Santo Domingo afirmó que los conocimientos de castellano de su marido no eran suficientes para comunicarse con ella y que, por tanto, no podía ser un matrimonio sincero.«Winston tiene acento haitiano porque es originario de allí, pero hace muchos años que vive en la República Dominicana, está claro que habla castellano».

Meritxell no se cansó y viajó hasta seis veces más a la República Dominicana. Conoció a los hermanos de Winston, entabló relación con ellos y, juntos, viajaron a Haití para conocer el país de origen de su marido. Presentó un recurso ante la DGRN en enero del 2009, y, en julio de este año, le comunicaron que había sido desestimado. Cuando reciba los papeles, Meritxell está decidida a recurrir a la vía contencioso-administrativa.

Navegando por internet, conoció la nueva plataforma Aprodepad.«Hasta entonces-explica con cierta desazón-,lo único que hacía era esperar respuestas a mis solicitudes, pero vi que había otras personas en mi caso, y decidí luchar yo también».

Mientras tanto, Meritxell y Winston hablan por teléfono dos o tres veces al día.«Hablamos de todo, como cualquier otra pareja»,relata ella. Aunque tengan que vivir esta relación a distancia, siguen teniendo planes.«Queremos vivir juntos, que él venga aquí, encuentre un trabajo, y que seamos felices», afirma.