SALUD

Barcelona abre el centro biomédico mejor dotado por el mecenazgo

La empresaria Esther Koplowitz ha costeado el edificio con 15 millones

El 'president' Montilla, la ministra Garmendia y el alcalde Hereu, junto a varios científicos, ayer en el CEK.

El 'president' Montilla, la ministra Garmendia y el alcalde Hereu, junto a varios científicos, ayer en el CEK.

ÀNGELS GALLARDO / Barcelona

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El acierto de un cirujano, Antonio de Lacy, que expuso con entusiasmo a la empresaria Esther Koplowitz los pormenores de un ambicioso e inexistente centro biomédico; la generosidad de esta, que donó 15 millones para que el edificio fuera realidad, y el capital científico del Hospital Clínic, que nutrirá de ideas e investigadores a la nueva institución, han hecho posible que el Centro Esther Koplowitz (CEK) empiece hoy sus trabajos en un imponente inmueble de ocho plantas, levantado frente al hospital barcelonés.

El CEK, en el que cristaliza la mayor donación privada para investigación biomédica de España, es el primer centro español dedicado en exclusiva al estudio de las enfermedades que afectan al cuerpo humano, y no a las propiedades y potenciales de sus moléculas y órganos. El CEK absorbe a 400 científicos que ya trabajaban en el Institut d'Investigacions Biomèdiques August Pi i Sunyer, que interactúa con el Clínic. Cada planta del nuevo edificio se dedicará a un tipo de enfermedad (cáncer hepático, hematológico o digestivo, fallos inmunológicos, obesidad, diabetes, malaria...) y el objetivo será innovar los métodos diagnósticos de dichas dolencias y perfeccionar tratamientos, de forma que mejore el pronóstico que afrontan los pacientes.

LAS PREGUNTAS / «Vamos a responder a las preguntas que nos hagan los enfermos, ellos van a ser los suministradores de las ideas a investigar, y los primeros beneficiados con los resultados obtenidos», resumió ayer Vicente Arroyo, director del CEK.

El modelo de investigación del centro, explicó Arroyo, lo han importado los 150 médicos del Clínic que se han formado en universidades y hospitales de EEUU, donde la investigación de transferencia -de aplicación inmediata a los enfermos- está ampliamente establecida. También es estadounidense la práctica de que mecenas privados colaboren con la iniciativa pública en la promoción científica.

De los 60 millones de euros que ha costado abrir el CEK, el 15% lo han proporcionado la Generalitat y el Ministerio de Ciencia. El resto se ha conseguido con aportaciones privadas. A la donación de Koplowitz se han sumado la participación de la Fundación Privada Cellex, la de la Acció Sardà Farriol y la de Laboratorios Esteve. El salario de los investigadores que no pertenecen a la plantilla del Clínic procede de becas.