Vendedores y alcaldes rechazan las zonas francas para manteros

Pocas veces la decisión de dos pequeños Ayuntamientos catalanes ha generado un rechazo tan generalizado y sonoro. La apuesta de El Vendrell y Calafell (Baix Penedès) de acotar y por tanto permitir la venta de los llamados manteros no ha obtenido ningún apoyo claro, ni entre los supuestos beneficiarios de la medida: el comercio local y los propios vendedores del llamado top manta.

La Confederación de Comercio de Catalunya zanja el debate con una frase contundente, compartida por otros actores implicados en la polémica, como las diferentes federaciones de municipios: «No se puede legalizar lo que es ilegal», explica el secretario general de los comerciantes, Miguel Ángel Fraile. Cuando agrupaciones de alcaldes como la Associació Catalana de Municipis tiene que recordar a los alcaldes que se debe actuar siempre desde la legalidad, es que algo falla.

COMPETENCIA DESLEAL / Sin duda los más enojados por la tolerancia respecto a los manteros son los centenares de comerciantes que trabajan en los mercadillos de toda Catalunya. Enojados, advierten de que si se tolera eltop mantaen zonas acotadas y sin pagar, ellos harán lo mismo: dejarán de pagar religosamente su contribución trimestral como autónomos, el Impuesto de Actividades Económicas y la tasa por ocupación de espacios públicos, que es de 2,5 euros por metro lineal cada trimestre. Ello solo da derecho a ocupar el espacio un día a la semana durante 12 horas.

Otra de las consecuencias de hacer la vista gorda a un mercado tan ilegal como el de los manteros es que lanza un mensaje de permisividad diametralmente opuesto a la firmeza que municipios como Barcelona tratan de exhibir frente a esta competencia comercial desleal. De ahí que la respuesta ayer del primer teniente de alcalde Barcelona y concejal de promoción económica, Jordi William Carnes fue que la solución a este problema pasa por el combate policial, informaHelena López.

Precisamente porque desde el punto de vista legal e incluso policial la posición municipalista y del Govern es clara, la respuesta que más sorprendió ayer fue la del responsable de Interior del Govern. «Puede ser una solución razonable para evitar mayores conflictos», fue la opinión que expresó Saura en declaraciones a TV3. Unas palabras a las que enseguida añadió que los Mossos d'Esquadra no dejarán de perseguir la venta de productos ilegales o robados.

Y es que este tipo de productos añaden si cabe más rechazo a la voluntad de permitir su venta. Y de ahí rápidamente se llega a otro ángulo de esta controversia: los clanes mafiosos que mueven los hilos de este negocio y que lleva a la conclusión, en palabras de un destacado dirigente municipalista, de que lo que han decidido ambos ayuntamientos del Baix Penedès es algo muy parecido a la legalización de la esclavitud.

Respecto al marco legal, el decreto estatal sobre comercio interior obliga a los consistorios a regular los productos que se permite vender, y la autorización «debe ser exhibida de manera visible y permanente en las paradas de venta».

MANTEROS ESCÉPTICOS / Por si fuera poco este rechazo, incluso los manteros ponen objeciones al respecto. Mamadú Diange, presidente de la asociación Nómadas del Siglo XXI, que agrupa a 120 manteros, cree que la consecuencia será apartar a los vendedores deltop mantade las zonas céntricas. Los manteros saludan la regulación para conseguir algo más de «tranquilidad» frente a la persecución policial, pero en palabras de Lamine, «si nos dan un lugar donde no hay gente será peor, tendremos que volver a las zonas turísticas y la represión será peor», informaBenoit Cros.

Lo que sí ha logrado esta polémica es constatar que los alcaldes están desbordados, como reconocían ayer concejales y ediles. Dos datos: solo durante el mes de julio, la policía levantó en Lloret de Mar 150 actas por venta ambulante y Roses incautó tres toneladas de artículos ilegales, informaLluisa F. González.