LA PARANOIA SOCIAL

El terrible enemigo no llegó

Solo saludos verbales 8 Pancarta con un eslogan preventivo del Colegio Oficial de Médicos de Madrid, en agosto del 2009.

Solo saludos verbales 8 Pancarta con un eslogan preventivo del Colegio Oficial de Médicos de Madrid, en agosto del 2009.

RAMÓN VENDRELL
BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Las películas de catástrofes se caracterizan por que son largas y por que tarde o temprano sucede una catástrofe. Si usted fuera al cine a ver un filme vendido como catastrofista y este, tras un generoso metraje dedicado a los preparativos de la humanidad para afrontar la catástrofe de marras, se resolviera con una escena final en la que una eminencia en la materia dice«hemos tenido suerte y la catástrofe no se ha producido»seguramente se sentiría estafado y desconfiaría en adelante de las películas de ese género. El largo episodio de la gripe A parece una antipelícula (o un anticulebrón) catastrofista.

La comunidad científica temía (todavía teme) la llegada de un virus de la gripe totalmente renovado con potencial para causar graves infecciones pulmonares y cuya vacuna tardaría cierto tiempo en desarrollarse. Con este miedo como telón de fondo la Organización Mundial de la Salud (OMS) se tomó muy en serio la aparición en Texas (EEUU) y México del nuevo virus gripal H1N1. Corría abril del 2009 y solo dos meses después la OMS decretaba el nivel máximo de alerta pandémica por un microorganismo contagioso con ganas, si bien no demasiado virulento, como relativamente pronto se puntualizó.

Preparativos veraniegos

La declaración de la OMS no cayó en saco roto. Ni mucho menos. En pleno verano los gobiernos de los países del hemisferio norte empezaron a tomar medidas contra el terrible enemigo que llegaría con los primeros fríos. Las autoridades recordaron a la población elementales normas de higiene (taparse la boca al estornudar y al toser, lavarse las manos con frecuencia) e incluso recomendaron evitar el contacto físico. Los consejos que dieron a las empresas incluían suministrar toallitas para las manos y pañuelos desechables, fomentar el teletrabajo, mandar a casa a quien tuviera el mínimo síntoma gripal e identificar los puestos clave y preparar a sustitutos para que si los empleados empezaban a caer como moscas la actividad no quedara paralizada. Todos los departamentos de la Generalitat recibieron las mismas instrucciones.

Ante medidas como estas no tiene nada de extraño que los medios de comunicación identificaran la gripe A como un tema estrella. Ni que en las farmacias se agotaran las mascarillas, el Ayuntamiento de Girona vetara la tradición de besar el culo de la estatua de la Lleona, la catedral de Santiago recomendara no tocar la imagen del apóstol, en algunos templos se retirara el agua bendita, los policías y los funcionarios de prisiones reclamaran protocolos específicos por considerarse colectivos de riesgo...

Pero cuando (marca supersónica) llegó la vacuna a las autoridades sanitarias solo les faltó anunciar premios para quienes se la pusieran. En vano. La población ya estaba escamada y su respuesta fue mínima. Empezaba a intuir que en esa película catastrofista no habría catástrofe y a decantarse hacia otro género: el de conspiraciones.