OLEADA DE ROBOS DE COBRE

Sin teléfono por los ladrones

Pueblos de Girona se quedan incomunicados por los numerosos robos de cable telefónico

Unos operarios trabajan para reponer el cable, ayer en Sant Esteve.

Unos operarios trabajan para reponer el cable, ayer en Sant Esteve.

FERRAN COSCULLUELA
SAN ANIOL DE FINESTRES

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La ola de robos de cable de cobre en las comarcas de Girona está agotando la paciencia de los vecinos y alcaldes afectados. Las últimas víctimas de los cacos chatarreros han sido los habitantes de los municipios de Sant Aniol de Finestres (Garrotxa) y Sant Martí de Llémena (Gironès), que están sin conexión telefónica desde hace casi una semana debido a la sustracción de unos 750 metros de hilo en dos golpes consecutivos, perpetrados el jueves y el sábado pasados. Una situación que ha obligado a los residentes y a los empresarios de la localidad a ingeniárselas para superar los problemas de incomunicación en plena era de internet.

«Afortunadamente, hace cuatro años iniciamos un programa para entregar teléfonos móviles a las personas mayores de 60 años. En este tiempo hemos dado unos 70 u 80. Mucha gente mayor vive en casas aisladas y, si se quedan sin conexión telefónica, el móvil es el único medio de comunicación con el exterior si les pasa algo», explicó ayer Francesc Oliveras (CiU), alcalde de Sant Aniol de Finestres.

Oliveras considera que el robo de cobre es un fenómeno «que se les ha ido de las manos» a los responsables de la Conselleria d'Interior, Como la mayoría de responsables de municipios rurales, el alcalde denuncia que los Mossos d'Esquadra carecen de medios para desarrollar con eficacia las labores de vigilancia en los pueblos. «Si llamas por las noches para pedir una patrulla te dicen que no tienen gente, porque hay dos efectivos para toda la Garrotxa», afirmó. Un análisis que es compartido por Jaume Busquets (CiU), alcalde de Sant Martí de Llémena, otra de las localidades afectadas.

Vivir en los pueblos

Carme Pla es una autónoma que hace seis años decidió trasladarse de Pineda de Mar (Maresme) a Sant Esteve de Llémena para trabajar desde casa gracias a internet. Desde que se quedó sin teléfono y sin ADSL, el pasado jueves, tiene que pedir ayuda a sus amigos para poner al día el portal de economía doméstica sostenible en el que trabaja (www.jornal.cat). «La Administración quiere potenciar que la gente venga a los pueblos a vivir, pero si carecemos de los servicios mínimos, cómo vamos a hacerlo», cuestionó.

Pla recordó que el pueblo ya se quedó incomunicado durante dos días por culpa de la nevada del pasado mes de marzo. «Aquello fue como un aperitivo de lo que nos está ocurriendo ahora. Cuando pasan estas cosas te das cuenta de lo dependientes que somos y de que cada vez perdemos más habilidades para ser tan autosuficientes como eran nuestros abuelos», señaló. Además de gestionar un portal de internet, esta profesional también se encarga de actualizar las webs de restaurantes y casas rurales de la zona. Una vía de entrada de clientes que ha quedado fuera de servicio en plena temporada turística.

«El domingo tuve que dejar irse sin pagar a varios clientes, porque no sabían que el teléfono no funcionaba y que no se podía pagar con tarjeta de crédito. Espero que cumplan su palabra y vengan otro día a pagarme lo que deben, pero lo que no recuperaré serán las reservas perdidas a través de internet», lamentó Xevi Lozano, propietario del bar, restaurante y fonda La Vall de Sant Esteve de Llémena.

A pocos kilómetros de ese establecimiento, unos operarios de una empresa subcontratada por Telefónica reparaban ayer el tendido que se habían llevado los cacos para venderlo a peso. «Lo que ellos roban en media hora nosotros tardamos días en reponerlo. Estamos desbordados y apenas tenemos tiempo de ir a atender averías de verdad. A veces incluso nos roban el cable que dejamos en el suelo para sustituir al que se han llevado días atrás», explicó uno de los trabajadores.