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La perrera más humana

Socialización 8Unos voluntarios pasean perros en el exterior del centro de acogida de la Arrabassada.

Socialización 8Unos voluntarios pasean perros en el exterior del centro de acogida de la Arrabassada.

VIRXINIA MARTÍNEZ
BARCELONA

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«Aquí defendemos a los animales con uñas y dientes». Rosi Perea, coordinadora del grupo de voluntarios del Centre d'Acollida d'Animals de Companyia de Barcelona (CAACB), en la carretera de la Arrabassada, km 3,8, está segura de cuál es la filosofía del centro. Proteger al animal, conseguir su bienestar y encontrarle una familia lo antes posible. Para esto, el papel de los aproximadamente 180 voluntarios es imprescindible, ya que hacen de la perrera un lugar mucho más humano.

Los voluntarios se encargan de pasear los 147 perros que hay en la perrera municipal de la Arrabassada. «Cuando enganchas la correa al perro parece que le has enganchado hasta el corazón», comenta emocionado  Josep Enseñat, uno de los colaboradores del centro.

Paseos, juegos y ayuda con la higiene de los animales son las actividades que lleva a cabo este grupo de personas implicadas con el centro.  «Desde hace más de dos años, participamos en fiestas populares para promover la adopción de animales y la captación de nuevos voluntarios», explica Anna Ortonoves, responsable del departamento de bienestar animal. Además, en el CAACB se realizan cursillos para aprender las mejores técnicas de educación de perros y gatos.

Seguimiento veterinario

En el centro entran entre tres y cinco animales al día. A todos ellos se les hace una ficha técnica y una lectura de chip, si lo tienen. Además, reciben asistencia veterinaria para comprobar el estado en el que se encuentran.  «Si a los 20 días nadie viene a buscarlos, se les esteriliza, tanto si son perros, gatos o hurones», explica Sandra Panadero, una de las veterinarias de la perrera.

Uno de los objetivos principales el centro es reducir la entrada de animales y perseguir su abandono. Para ello, con ayuda de la guardia urbana, llevan a cabo campañas para concienciar a la sociedad de la importancia que tiene implantar un chip identificativo a los animales.

«La época más complicada en cuanto al abandono es el periodo vacacional,  pero afortunadamente llevamos dos años con unas entradas estables», explica Anna Ortonovo.

El pasado año, los datos fueron esperanzadores, ya que las adopciones aumentan. De los 1.200 perros que entraron, fueron adoptados 623, y de los 598 gatos, consiguieron una nueva familia 352.

Llevar a cabo esta tarea resulta fácil, ya que Barcelona está declarada Ciudad Amiga de los Animales y en contra de su sacrificio. «Queremos hacer de Barcelona la ciudad líder en cuanto a políticas de protección y bienestar animal», comenta Jordi Martí, concejal de presidencia.