Los superpisos de la antigua sede de Winterthur ya tienen aspirantes

Los comercios de la zona aplauden la promoción de viviendas de 500 metros

Fachada del antiguo edificio Winterthur cubierta con una lona.

Fachada del antiguo edificio Winterthur cubierta con una lona.

LUIS BENAVIDES / BARCELONA

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Ocho viviendas de lujo, una por cada planta, y una amplia zona comercial de 3.000 metros cuadrados en los bajos solo al alcance de las firmas más potentes. El antiguo edificio de oficinas Winterthur (Francesc Macià, 10) se reinventa casi 13 años después de la marcha de la compañía de seguros a L'Illa. Las obras de rehabilitación, cuya finalización está prevista para abril del 2016, respetan su singular fachada curvada,  conocida como Cejas por las cubiertas de sus ventanales.

La comercialización de estos superpisos de 500 metros cuadrados comenzó en enero y ya tiene lista de espera a pesar de que cada uno cuesta más de seis millones de euros. Algunos interesados ya han acudido a la oficina de ventas que ha abierto para la ocasión Squircle Capital a escasos 50 metros del futuro complejo residencial y comercial. "Esta oficina, en el 469 de la Diagonal, está decorada con los mismos materiales de los pisos: mármol, latón y madera de nogal. Es lujo, pero no es ostentoso", explica José Caireta, director de Squircle Capital, quien destaca soluciones como la geotermia y las cubiertas térmicas para maximizar la sostenibilidad del inmueble. "Será la primera rehabilitación en nuestro país -continúa Caireta- con el certificado de sostenibilidad BREEAM, líder en edificación sostenible".

Fuentes municipales consultadas por EL PERIODICO subrayan que el edificio tiene "todos los permisos y cumple la normativa vigente", si bien muestran poco entusiasmo por el nuevo complejo residencial al estar alejado del "modelo de viviendas que potenciaría el Ayuntamiento", más partidario del alquiler social.

La asociación de comerciantes Diagonal Barcelona, por su parte, aplaude la inversión realizada en el icónico edificio que también acogió durante décadas a establecimientos emblemáticos como el restaurante La Oca. "Estamos a favor porque dan vida a un edificio que estaba vacío. Otros proyectos como el del hotel en el Deutsche Bank también deberían tirar adelante. Vivimos del turismo, nos guste o no", afirma la presidenta de la entidad, Marta Canut.

ESTUDIO BRASILEÑO

Tras analizar diferentes propuestas, el proyecto de rehabilitación fue otorgado a MK27, el estudio de arquitectura del brasileño Marcio Kogan. "Intervenir en un edificio con tanta personalidad e introducir nuevos materiales respetando su herencia arquitectónica fueron dos grandes desafíos", explica Suzana Glogowski, arquitecta coautora del proyecto.