UNA HISTORIA DE SANTS-MONTJUÏC...

La Escola Proa, 50 años con el rumbo hacia la buena educación

El colegio activo y laico del barrio de la Bordeta, propiedad de los padres y madres, tiene 900 alumnos

La Escola Proa, en la calle de Almeria, 57, en el barrio de la Bordeta.

La Escola Proa, en la calle de Almeria, 57, en el barrio de la Bordeta.

ANNA ROCASALVA / BARCELONA

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La Escola Proa celebra su 50º aniversario haciendo de su proyecto un sueño hecho realidad: la presencia de una escuela catalana, activa, pluralista, democrática y laica en el distrito de Sants-Montjuïc (Almeria, 57). Desde su fundación en 1966, Proa ha sido una escuela concertada del barrio de la Bordeta, de la que padres y madres son los propietarios a través de la Associació de Pares La Bordeta-Sant Medir.

La idea nació de un grupo de padres que querían solucionar la falta de escuelas en el barrio pero, por encima de todo, anhelaban ofrecer una educación alternativa a la del nacional catolicismo de la época. Lo hicieron recuperando el espíritu de las escuelas populares catalanas de la Segunda República. Unas escuelas modernas, europeas, gratuitas, que no segregaban por sexos y que habían sido suprimidas por el régimen franquista.

"Cuando pienso en todo lo que hemos hecho siento un orgullo que casi es un pecado", confiesa uno de los padres fundadores, Manuel Subirà. "Las familias crearon la escuela desde cero: lograron los locales, restauraron pupitres, pintaron paredes…", comenta el que fue profesor de ciencias desde 1973, Joan Mollà.

Medio siglo más tarde, la Escola Proa cuenta con más de 900 alumnos, desde la educación infantil hasta el bachillerato, pero sigue manteniendo su ideario y valores originales sin dejar de evolucionar. "Me complace ver cambios entre la enseñanza primaria de mi hija mayor y la menor -comenta el padre de las alumnas, Àlex Gimeno- Eso significa que la escuela está viva, que está al día". Y es que uno de los pilares de Proa es la educación vivencial: "Ahora hay muchas escuelas activas pero la nuestra fue de las primeras", explica Marta Xarles, maestra de párvulos y exalumna. "En Proa consideramos que el niño es el protagonista de la enseñanza y el motor de su aprendizaje, a partir de sus intereses y aptitudes", afirma.

Xènia Cortés está en quinto de primaria y dice que le gusta esta escuela porque se trabaja en grupos cooperativos y no tiene tantos deberes como sus amigos de otros colegios. "Hacemos muchos debates, asambleas y tutorías en clase, donde comentamos nuestros problemas y tratamos de ayudarnos -explica la niña de 10 años -. Tampoco tenemos Religión, en esa clase trabajamos conceptos como el tema de los refugiados, para que podamos entenderlo y ser solidarios".

ESPÍRITU DE LUCHA

La madre de Xènia es exalumna del colegio, patrón que se repite en muchas familias porque "los padres son los propietarios de Proa y la sienten como propia", aclara la directora, Ana Mitjans.

En sentimiento de avance y superación se ve reflejado en el nombre de la escuela, Proa, la parte delantera de una embarcación que corta las aguas. "Me gustaría pedir a los alumnos sería que nunca pierdan el espíritu de lucha con el que fundamos la escuela", concluye Manuel Subirà, un padre fundador.