Bombonas con "propina" incluida: así es el fraude del butano en Santa Coloma

Una bombona de butano.

Una bombona de butano.

MANUEL ARENAS / CANAL150GRAMENET / SANTA COLOMA DE GRAMENET

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Son las doce del mediodía en Santa Coloma. Veo a un vendedor de butano en la Avinguda Francesc Macià con unas cuantas bombonas naranjas de Repsol. Le pregunto por el precio de la bombona de butano doméstica, la de 12,5 kilos. 

-Vale 15,80 euros -afirma el butanero después de quedarse pensativo-.

-¿Es ése el precio oficial? -repregunto-.

-[Parece no entender la pregunta. Balbucea] Sí, ése es.

Le doy les gracias y me voy. Pero contrastándolo con el precio oficial de Repsol y el precio oficial fijado por la última revisión (15 de mayo del 2016) realizada por el Ministerio de Indústria, se confirma que las cifras no cuadran: hay 3,34 euros de diferencia.

Y es que aunque la bombona doméstica de butano ha pasado a valer el pasado martes 11,85 euros, dejando atrás su precio anterior, que era de 12,46 euros, según ha podido demostrar Canal150Gramenet, muchas veces comprar bombonas de butano por las calles de Santa Coloma de Gramenet es sinónimo de pagar más de lo que se debería. 

Casi una treintena de quejas en Facebook y otras veinte en la Oficina Municipal de Atención al Consumidor lo evidencian. Los butaneros, a pesar de conocer el precio oficial, siguen hinchando los precios justificando que son “sus propinas” o que “tienen que comer”, y lo hacen, a pesar de estar obligados a ello, sin dar recibo.  

MÁS DE UNA VEINTENA DE QUEJAS EN FACEBOOK Y VEINTE EN LA OMIC

Desde agosto del 2013 -cuando se creó el grupo “Santa Coloma de Gramenet”, con 27.000 miembros- hasta mayo del 2016 ha habido en los grupos de Facebook de Santa Coloma como mínimo 27 quejas ciudadanas acerca de abusos en el precio de las bombonas de butano domésticas, siendo la última del pasado 8 de mayo.

Para realizar este recuento, Canal150 Gramenet ha insertado en los buscadores de todos los grupos públicos de la ciudad las palabras “bombona” y “butano”. Los resultados que arroja la búsqueda permiten ver de todo: desde insultos racistas y reclamaciones irracionales, hasta quejas fundamentadas en razonamientos coherentes, ante las cuales parece lícito presumir su verosimilitud, aunque sin poder emitir juicios absolutos por haber sido imposible contactar personalmente con la mayoría de las fuentes.

Todas las quejas concurren en denunciar haber pagado un precio excesivo (“¡Cómo se pasan con el precio de la bombona!”), aunque la mayoría sin saber exactamente cuál es el precio oficial. Si bien muchas alegan justificaciones similares por parte de los butaneros: “Es nuestra propina”, “De esto vivimos”, “Nosotros también tenemos que comer”.

En lo relativo a las quejas ciudadanas hay que decir que, de las 27, hay tres personas que repiten queja (un hombre y dos mujeres), por lo que las reclamaciones provienen de 24 personas diferentes, dieciocho mujeres y seis hombres, muestra que permite concluir la mayor actividad o actitud de denuncia por parte del sexo femenino en Santa Coloma sobre el fraude del butano.

A pesar de que las quejas en Facebook provienen de personas mayoritariamente ubicadas en una franja de edad comprendida entre los treinta y los cincuenta años, las personas que suelen contactar por teléfono con la OMIC son personas mayores, tal y como reconoce Núria Yuste, encargada de atender las llamadas telefónicas en la OMIC.

Este hecho responde a la línea mayoritaria de las quejas en Facebook: “Han timado a mi abuela”, “A mi abuela le han cobrado veinte euros por la bombona de butano” o “Le he preguntado a mi abuela cuánto le cobran por el butano y me ha dicho que 17,50 euros”, entre otras. Es decir, que el hecho de que los timos apunten, de manera generalizada, a personas mayores (y más vulnerables), no parece casual.

El Ayuntamiento de Santa Coloma, por su parte, reconoce haber recibido a través del teléfono de contacto de la OMIC unas veinte quejas ciudadanas aproximadamente desde principios del 2016. Aun así, el asesor jurídico y mediador del Ayuntamiento Artur Fornés afirma que “éste es un tema que no genera ningún tipo de alarma si se compara con, por ejemplo, las preferentes, donde atendimos a miles de personas”.

De todos modos en FACUA-Consumidores en Acción, la ONG en defensa de los consumidores más importante de España, consideran que una treintena de quejas es una cifra relevante para un municipio no excesivamente grande, por lo que en ningún caso hay que restarle importancia al asunto.

PRUEBA DE VERIFICACIÓN 

Canal150 Gramenet ha comprobado sobre el terreno sí está habiendo un timo generalizado y de las cinco veces que hemos preguntado a butaneros por las calles de Santa Coloma, sólo en una hemos recibido el precio correcto por respuesta, siendo las otras cuatro precios oscilantes entre los catorce y dieciocho euros (recuérdese que el oficial actualmente hasta hace diez días era de 12,46 euros por bombona).

En uno de esos casos, un butanero de origen inmigrante –como al que se hace referencia al principio del reportaje, los otros con los que hemos hablado y como la mayoría de butaneros en España- corrigió el precio varias veces en el transcurso de la conversación: empezó pidiendo quince euros, después catorce y finalmente 13,60 euros. El precio disminuyó a medida que se le pedían explicaciones sobre la no correspondencia del mismo con la referencia legal del Ministerio de Industria (12,46 euros).

Al ser preguntado sobre por qué no vendía las bombonas domésticas, en este caso de CEPSA, al precio oficial, contestó, después de tartamudear bastante pues no sabía bien el idioma: “Es para comer, porque nosotros necesitamos comer”, muestra de que era conocedor del precio oficial de las bombonas.

Asimismo, a partir de la selección de cinco quejas ciudadanas (nuevamente, con nombres ocultos por no haber dado éstas su consentimiento para ser mostradas) vertidas en Facebook, hemos analizamos si efectivamente hay timo en la venta de la bombona de butano o no.

Y la conclusión es que en todos y cada uno de los casos analizados durante los tres pasados años ha existido timo, esto es, disparidad entre el precio pagado o pretendido por el vendedor y el precio máximo legal vigente en el momento de la fecha de la queja.

La diferencia entre ambos va de tres a cinco euros aproximadamente, y es remarcable cómo disminuye el precio pagado o pretendido por el vendedor al tiempo que disminuye también el precio oficial marcado por el Ministerio de Industria.

También es destacable cómo algunos usuarios relatan situaciones delicadas con los vendedores, como que éstos les hayan insultado o “se hayan hecho los locos” hasta que se les ha mencionado a la Policía.  

CLEITON, SUSANA Y CARMEN: TRES CASOS PARTICULARES

Estos tres nombres pertenecen a tres vecinos de Santa Coloma que hicieron pública su queja en Facebook y que han dado consentimiento para que su nombre aparezca en este reportaje. El primero de ellos, Cleiton Matos, exponía en Facebook que no le habían querido vender una bombona en enero del 2015 por 17,50 euros, el precio oficial. En privado, Matos insiste en que las excusas que los vendedores dan para inflar el precio son “que trabajan sin contrato y viven de las propinas (obligatorias, al parecer): me dijeron que habían varias denuncias interpuestas y que no pasaba nada porque las denuncias no iban a ninguna parte. Yo quise poner una, pero cuando llamé a la Policía me dijeron que tenía que ir al juzgado y desistí”.

Además, Matos recuerda que pidió recibo a los butaneros y la respuesta de los mismos fue: “Si quieres comprar sin recibo, compras; si no, no compras”. Ahora, asegura Matos, cuenta con el número de teléfono de un butanero, que le deja las bombonas por un precio más bajo que sus compañeros pero más caro que el oficial: quince euros, dos y medio más de lo que valen actualmente.

Otro caso. En enero del 2016, Susana González publicó en Facebook una queja donde aseguraba que, al intentar comprar la bombona y le pidieron dieciséis euros, llamó a Repsol para preguntar por el precio oficial. Allí le dijeron el precio oficial y se ofrecieron a llevarle la bombona a casa por tal precio. En el momento de su queja el precio oficial marcado por Industria era de 12,68 euros. Después de que el butanero le pidiera dieciséis, fue a intentar comprarla a la gasolinera de La Roca, donde asegura que le cobraron 14,20.

Por su parte, Carmen Olivares comentó en Facebook que a su abuela le cobraban veinte euros por bombona en un momento en que el precio oficial era de 12,76 euros. Carmen, que es de Santa Rosa, explica que su abuela vive en Can Mariné y que los que la intentaron timar eran personas de origen paquistaní. Lamenta que los butaneros no quieran dar recibo, y, según dice, “hemos conseguido que nos cobren quince euros -dos y medio más del precio oficial actual- sólo cuando realmente la necesitamos”. Si la quieren más barata deben ir a la gasolinera, y afirma que “ahora que ha vuelto a bajar, nos tocará volver a pelear con los butaneros”.

Otra fuente, que prefiere no mostrar su nombre, explica una situación parecida a la de Carmen. “Mi madre pidió una bombona de butano, y como yo había visto en Facebook que el precio había bajado y que había habido quejas, le dije que fuera con cuidado. ¡Pues menos mal que llegué cinco minutos después de que le dejaran la bombona!, porque al preguntarle cuánto le habían cobrado, me dijo que cinco euros más de lo estipulado. Bajé corriendo, ya que los butaneros estaban esperando a que el camión pasara a recogerles, y les reclamé el importe correcto. Entonces empezaron a hablar en su idioma, parecían marroquíes o paquistaníes, no lo sé, y después de cinco minutos se empezaron a culpar entre ellos. Pero cuando le dije que iba a llamar a los Mossos, se asustaron y empezaron a sacar el dinero de su bolsillo. Yo alucinaba porque me empezaron a decir que aquel dinero era su propina, pero al final me dieron íntegramente el dinero de más que le habían cobrado a mi madre”.

En relación a la obligación de emitir un recibo Artur Fornés, abogado y asesor jurídico del Ayuntamiento de Santa Coloma, asegura que los butaneros están siempre obligados a dar recibo al consumidor. “Incluso aunque éste no lo pida”, afirma. Y recuerda: “Los butaneros deben actuar como cualquier otra empresa: con la obligación fiscal de expedir factura”. 

¿RESPONSABILIDAD DE QUIÉN?

El presidente de la Federación de Asociaciones de vecinos de Santa Coloma (FAVGRAM), Tomás Fernández, reconoce que el fraude del butano es una realidad en la ciudad: “Los comentarios en la red evidencian la problemática. Hay vendedores que incluyen la propina en el precio; en vez de cobrar trece euros cobran dieciséis o más cuando llevan la bombona a la puerta de casa”.

La realidad es tan flagrante en Facebook que incluso el Ayuntamiento de Santa Coloma tuvo que salir al paso de los comentarios en su boletín informativo del pasado mes de marzo, donde incluyó, en la página 2, un texto breve sobre el precio oficial de la bombona, con el teléfono de Repsol para que el ciudadano pueda llamar al suministrador directamente. En ese texto, reconocía el consistorio haber “detectado un cobro extraordinario por parte de los distribuidores en el servicio a domicilio”.

Desde el Ayuntamiento, el asesor jurídico Artur Fornés y la responsable del Servicio de Salud Pública, Acción Comunitaria y Atención a los consumidores, Carmen Palma, achacan el problema a las suministradoras. “Lo único que podemos hacer nosotros es informar al ciudadano a partir de los mecanismos de los que disponemos: el boletín informativo mensual, la web de la OMIC y las injerencias en las redes sociales que podamos llevar a cabo”, dicen en el consistorio colomense.

Según ha explicado FACUA a Canal150 Gramenet, no cabe duda de que el responsable primero y casi único del fraude del butano es el suministrador (Repsol, CEPSA), que no ejerce el control que debería sobre las empresas distribuidoras que contrata para repartir las bombonas; contratos llamados por la jurisprudencia española “de abanderamiento”, sobre los que hay infinidad de pronunciamientos judiciales acerca de su naturaleza anticompetitiva y malas prácticas que, en muchos casos, infringen la normativa 'antitrust' europea. Ahora bien, como explica Jordi Castilla, miembro del Departamento jurídico de FACUA, eso no implica que la Administración local no pueda actuar en el tema.

Un informe de la Federación de Municipios y Provincias, revela que la entrada en vigor de la Ley 27/2013, de 27 de diciembre, de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local impulsó que los municipios ya no pudieran ejercer competencias propias en materia de defensa de los usuarios y consumidores, pero sí pudieran pedir la delegación de las mismas a la Comunidad Autónoma, ente que las ostentaría desde entonces.

Esta delegación ha ocurrido en Santa Coloma, dado que el Ayuntamiento mantiene la OMIC, hecho que le permite tener competencias para actuar en el fraude del butano o cualquier otro tema de Consumo. La cuestión, según FACUA, es que no se está atajando el asunto de raíz, sino que únicamente se está informando al consumidor de cómo adquirir una bombona a su precio oficial cuando éste se queja, “pero no habría ningún problema en que el Ayuntamiento, de oficio, se movilizara y, con las quejas ciudadanas en la mano, pidiera a la Generalitat que extremara los controles sobre el suministro de butano: todo es cuestión de voluntad política”, considera Jordi Castilla, de FACUA.

Por su parte, fuentes de la compañía Repsol han asegurado no haber recibido "ninguna reclamación por cobro indebido a través de las diferentes Oficinas de Atención al Consumidor del área de Barcelona". Así mismo, afirman que las agencias de distribución que trabajan para la compañía tienen la obligación de prestar el servicio a domicilio de acuerdo al precio fijado por el Estado y al contrato firmado con ellos, "que exige el cumplimiento de los máximos estándares de calidad y seguridad". Finalmente, Repsol confirma que cuando, por sus propios medios, ha detectado alguna situación irregular, ha aplicado las medidas correctoras necesarias para subsanarla y evitar que pueda repetirse.

La otra compañía mayorista implicada en las quejas de los ciudadanos consultados, CEPSA, no ha contestado a las preguntas formuladas por este medio. 

EVOLUCIÓN DEL PRECIO DE LA BOMBONA DE BUTANO 

El precio que hasta el martes pasado regía para la bombona de butano (12,46 euros) era el más bajo de los últimos tres años (ahora, que ha pasado a valer 11,85, la tendencia se consolida). En concreto, el año clave para la bajada del precio de butano fue el 2015, cuando se pasó de 17,50 euros a 12,68 euros por bombona.

Aunque, como esta investigación demuestra, el precio parece haber bajado sólo para los que tienen Gas Natural: los de las bombonas siguen pagando lo que les pidan. Por eso desde las instituciones recomiendan al ciudadano comprar bombonas no liberalizadas (Repsol, mayormente) y hacerlo desde el punto de venta oficial, tanto vía telefónica o en las gasolineras, para así evitar precios fraudulentos e injustificados.

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