Trias propone que Sant Jordi crezca en la Diagonal

La aglomeración que se extiende por Sant Jordi de las Ramblas (en la foto) a la Rambla de Catalunya.

La aglomeración que se extiende por Sant Jordi de las Ramblas (en la foto) a la Rambla de Catalunya.

ERNEST ALÓS / BARCELONA

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Hace muchos,muchos años, Sant Jordi tenía su epicentro en la plaza de Sant Jaume y en las Ramblas, del Liceu a Canaletas. La fiesta creció y creció, se asentó en la plaza de Catalunya y el paseo de Gràcia y acabó por colonizar la Rambla de Catalunya, de Gran Via a Diagonal. Y ha seguido creciendo, hasta saturar este nuevo espacio. Al barcelonés le atrae el tumulto festivo, pero hasta cierto punto; el que lleva a no poder dar ni un paso. Una evidencia que ha llevado al alcalde Xavier Trias a proponer al sector del libro que Sant Jordi se expanda de nuevo, reduciendo el número de puestos en la Rambla de Catalunya y expandiéndose en el nuevo espacio ganado con la reforma de la avenida Diagonal.

Según fuentes de la alcaldía, el alcalde está «a favor de estudiar y consensuar hacer crecer el eje Rambla de Catalunya-paseo de Gràcia hacia la Diagonal», donde considera que la última reforma ha creado el espacio necesario para poder instalar en ella los puestos de libros. La propuesta para «salvar la saturación de la Rambla de Catalunya» solo tirará adelante, tras dialogar con los interesados, si se llega a un consenso con libreros, comerciantes y vecinos. Sin embargo, en algunos de sus detalles ya está madura. En la actualidad, la instalación de dos filas de casetas (y terrazas de bares) a lado y lado del paseo central hace que el espacio de paso que queda entre ellas sea un cuello de botella, que no se alivia ni cortando al tráfico los carriles laterales. La solución sería disponer las casetas y puestos solo en uno de los lados del paseo central, duplicando así el espacio de paso. La Diagonal sería el lugar hacia el que esponjar los puestos que se deberían trasladar (y la afluencia de paseantes).

La descongestión no solo pasaría por expandir el núcleo central de la fiesta, hasta que se extienda casi ininterrumpidamente desde Colom hasta un buen tramo de la Diagonal. Trias propone también que prosiga su descentralización, potenciando la experiencia del paseo de Sant Joan o las iniciativas de barrios como Gràcia o Poblenou.

Los Sant Jordi satélites tienen un aliciente extra. La aglomeración de Rambla y paseo de Gràcia no atrae precisamente ni a las escuelas ni anima a que los padres paseen con su hijo de la mano. Las escuelas han ido creando por su parte sus propios días del libro. Pero para que la fiesta de Sant Jordi lo sea hace falta calle. Virginia de la Fuente, de la librería Gigamesh, por primera vez con puesto en el paseo de Sant Joan, valora la faceta infantil de esta apuesta: «Por la mañana pasaban colegios y había actividades para ellos, eso promueve que los peques vean más el ambiente de Sant Jordi, con espacios amplios, y por la tarde volvían con los padres». Que un ambiente más relajado no tiene por qué estar reñido con las ventas lo demuestran las siete librerías que hacen su Sant Jordi colectivo en otra rambla, la del Poblenou. Àleix Leiris, de Etcètera, que hace ya 15 años renunció a trasladarse ese día al centro, confesaba ayer haber incrementado sus ventas este año en dos dígitos: «La gente va igual al centro a ver el ambiente, pero ve que no se puede pasar y vuelve al barrio a comprar».

La extensión de Sant Jordi no solo ha sido espacial sino también temporal. Desde hace años, proliferan las ferias, festivales y citas literarias en los días previos (Món Llibre, el festival MOT de Girona y Olot, la feria de Badalona, todo el fin de semana) y las editoriales organizan una auténtica gira de presentaciones y firmas de sus autores (que el 23 de abril estarán en Barcelona sí o sí) para que sus autores lleguen a todo el territorio.

Pero esta necesidad de crecer en el tiempo se volverá a plantear en los dos próximos años, cuando Sant Jordi caerá en sábado (2016) y en domingo (2017). ¿Se deberá tender entonces cada vez más hacia una semana de Sant Jordi? ¿A potenciar la diada en los lugares a donde los lectores metropolitanos se desplazan durante el fin de semana? Los agente que hacen realidad la fiesta, con una capacidad probada de ajustarse a la realidad, tendrá otra oportunidad más para demostrarlo.