«Vivir en la calle Gran me hizo sentir más 'andreuenca'»

Los cuentos para niños que Ada Cusidó (Barcelona, 1977) explica y escenifica en bibliotecas y salas de lectura reflejan los valores que ella recogió en su Sant Andreu natal. «Sin ponerles moraleja, intervienes de manera sutil con el modo de hablar, escuchar, sentarte, facilitando la apertura de la imaginación de los niños... ¡Y eso les aporta tantas cosas!», detalla la actriz, narradora y clown. «En el cau Gregal, de la iglesia de Sant Pacià, donde iba todos los sábados y una vez al mes a una excursión, hacíamos muchos juegos en la calle y participábamos en la fiesta mayor del barrio», recuerda Cusidó. «El cau me ha dado mucha vida, a mí y a todo el barrio. Organizábamos butifarradas y juegos de cucaña en la calle, teníamos grallers y hacíamos correfocs. Yo conservo todavía muchos amigos de aquella agrupación», señala. «Con ellos, en aquel ambiente, aprendí muchos de los valores que van conmigo ahora, como el trabajo en equipo, el compartir y entender al otro», explica Cusidó.

La maleta de los sueños

Ada Cusidó vivió en Sant Andreu hasta los 28 años. Ahora regresa a su barrio con una maleta con parte del material que ayuda a soñar a su tierno público. «Tengo una falda con bolsillos con la que simulo el oleaje del mar. Y una porción de ovillo de lana que se transforma en una araña, y otros elementos fuera de la maleta, como una silla que acaba siendo cajones que guardan secretos», cuenta. «Me gusta convertir los objetos de la maleta de los sueños. Son objetos cotidianos a los que doy otro sentido», argumenta la artista, que en el 2000 se licenció en Arte Dramático en el Institut del Teatre. «Acabé animándome a estudiar teatro porque una profesora en el colegio Súnion siempre me dijo que tenía aptitudes, y probé a pasar las pruebas y me cogieron. Yo era muy tímida, y ahora me pregunto qué hubiera hecho si no hubiera elegido el teatro», comenta la actriz. «Sant Andreu también contribuyó mucho en los inicios de mi dedicación al teatro. Este es un barrio de actores. Todavía me acuerdo del actor Pep Munné cortando las entradas en el antiguo SAT (Sant Andreu Teatre). Y a Jordi Banacolocha, que era un referente. Yo hacía teatro con su hijo, el hijo del Bana, como nos referíamos al actor», rememora.

«Siempre pensé que viviría en Sant Andreu. Es el barrio en el que viví todos mis inicios en casi todo: primeros amigos, primeros amores, primeras experiencias de teatro en el Clip Teatre, donde hacíamos teatro amateur, en el centro cívico», dice Cusidó, que ahora vive con su pareja y sus tres hijos en Rocafort de Bages, un pueblo de 50 habitantes.

«Pero a Sant Andreu le tengo un cariño especial. Viví en este barrio con mis padres -mi padre aún recibe la revista Sant Andreu De Cap a Peus-, en pareja y compartiendo piso con amigas. Pero llega un día en el que te vas, aunque siempre pensé que volvería. La nostalgia es ese puente que me une siempre a Sant Andreu, la nostalgia y los amigos. Y sé que haber vivido de pequeña en la calle Gran me hizo sentir todavía más andreuenca de lo que se siente quien ha nacido y ha vivido en este barrio con tanta energía social», considera Cusidó. «Desde el balcón de un ático sin ascensor en la calle Gran veíamos los pregones y pasacalles de la Festa Major», recuerda la intérprete, fundadora y artífice de la compañía www.ducunculdes ac.com. Más recientemente, junto con la también actriz Mariona Anglada, Cusidó ha puesto en marcha la compañía teatral De Puntetes.

Espabilarse con el metro

Hasta los 10 años, Ada Cusidó estudió en la escuela de la Pegaso, en el límite entre Sant Andreu y el barrio de la Sagrera. A partir de entonces fue a otra escuela en el barrio de Horta y más tarde, en el Eixample. «Tener que coger el metro sola y aprender a hacer el transbordo cuando hacía quinto de primaria hizo que me espabilara rápido», argumenta la actriz, miembro también de la compañía de títeres Farrés Brothers (www.farresbrothers.com). Entre algunos de los espectáculos que ha realizado con esta compañía, hay  más de 400 actuaciones con la obra Mal de closca (Dolor de caparazón, en su versión castellana) por todo el Estado español en los últimos cuatro años.

Las escuelas y las bibliotecas de Sant Andreu forman parte de su red de pequeños escenarios. «Gente del cau con los que crecí, traen ahora a sus hijos a mis espectáculos. Hay mucho caliu en este barrio, caliu humano y una gran tradición de asociacionismo. Yo me siento de Sant Andreu y muy orgullosa de serlo», concluye la actriz y profesora de teatro Ada Cusidó.