Los defensores del Pueblo alertan contra la saturación de las urgencias

Becerril y sus nueve homólogos autonómicos recuerdan que los colapsos aumentan el riesgo de cometer errores

Sala del servicio de urgencias de un hospital barcelonés.

Sala del servicio de urgencias de un hospital barcelonés.

MANUEL VILASERÓ / MADRID

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Un informe elaborado por los defensores del pueblo alerta contra la saturación de los servicios de urgencias hospitalarias porque está situación "aumenta el riesgo error humano" y, por tanto, el peligro de provocar muertes. Los defensores también denuncian que la saturación provoca el menoscabo de la dignidad e intimidad de los pacientes cuando estos son aparatods en los pasillos o en otras aéreas abiertas.

Así lo pone de manifiesto el informe 'Las urgencias hospitalarias en el Sistema Nacional de Salud: derechos y garantías de los pacientes' presentado este lunes por la Defensora del Pueblo, Soledad Becerril, y elaborado junto con los defensores del pueblo de Catalunya, Andalucía, Galicia, Canarias, País Vasco, Aragón, Comunidad Valenciana, Castilla y León y Navarra.

"En él se han estudiado los problemas comunes del sistema, los profesionales y los pacientes sin particularizar en ninguna comunidad autónoma", ha apostillado Becerril. Uno de estos problemas es la "imposibilidad" que en muchas ocasiones hay en los servicios de Urgencias para garantizar la dignidad e intimidad de los pacientes.

De hecho, los enfermos suelen quejarse por la permanencia en camillas en los pasillos, el fallecimiento de pacientes ante la presencia de otros y la visualización por terceras personas de aspectos inherentes a la espera íntima y personal.

En este sentido, los defensores del pueblo señalan en el informe que las situaciones de saturación, donde se suelen producir estas quejas, son consecuencia, entre otros factores, de la falta de camas libres en el centro sanitario y de la gestión "poco eficaz" de las mismas.

Un hecho que, a su juicio, conlleva la permanencia de pacientes en el servicio de Urgencias con indicación de ingreso hospitalario y en espera de cama, no siempre en condiciones adecuadas desde la perspectiva asistencia y, también, desde la óptica de la observancia de los derechos fundamentales.

En este sentido, se explica que los servicios de urgencias reciben en rotación, como parte de su formación, a los médicos residentes de las distintas especialidades, sin vinculación con el servicio.

Por ello, exigen "la presencia y suficiencia de profesionales adecuados" en todas las franjas horarias y denuncian la "excesiva dependencia" que hay en Urgencias de los médicos internos residentes, "que estarían supliendo en muchos momentos la insuficiencia de profesionales de las diversas plantillas implicadas".

Ante esta situación y "atendiendo a la importancia" que tienen los servicios de urgencias, reclaman "la definición de una especialidad médica y de enfermería de urgencias y emergencias" que forme específicamente a estos profesionales y delimite sus competencias clínicas.

Los defensores consideran, además un "fracaso del sistema" la atención en los servicios hospitalarios de urgencia a pacientes en fase terminal.

Ya que, aseguran, "no resulta posible garantizarles una muerte digna y preservar el duelo de familiares y allegados".

Alertan, en este sentido, de la "insuficiente" formación de los profesionales sanitarios sobre los aspectos éticos relacionados con la autonomía de la voluntad de las personas y aseguran que el consentimiento del paciente no siempre está precedido de la información necesaria para que pueda adoptar libremente sobre un procedimiento terapéutico o diagnóstico, llegando incluso a que sean los médicos quienes decidan "sin la participación del paciente".

Por las condiciones de trabajo de las Urgencias, los defensores del Pueblo los consideran "entornos de riesgo por estrés laboral o lugares propicios para el desarrollo del conocido como «síndrome del trabajador quemado» (burnout)" y denuncian la falta de herramientas para limitar estos riesgos.

Trabajadores sociales expertos

Consideran también que las urgencias deben contar con mas trabajadores sociales expertos en la atención a personas en situación vulnerable (discapacidad, riesgo social, maltrato o violencia, enfermedad mental), especialmente en los horarios de tarde y noche.

Exigen, además, una mayor ajuste entre Urgencias y el resto de servicios sanitarios para la optimización de las listas de espera, las demandas de hospitalización y la gestión de camas.

Los defensores del pueblo advierten de que se asume "una significativa incidencia de efectos adversos" en los servicios de urgencias "evitables en buena parte", situaciones que, añaden, no se denuncia por falta de sensibilización o por temor a posibles consecuencias jurídicas.

En cuanto a la atención a los inmigrantes en situación irregular, recuerdan que tienen derecho a ser atendidos en urgencias y que su derecho no finaliza con el alta de urgencia sino con el "alta médica" de manera que "la asistencia debe prolongarse hasta la resolución del problema de salud que dio lugar a la urgencia"

También aconseja que las personas "especialmente frágiles" (menores en edad pediátrica, personas mayores, personas con enfermedad mental, personas afectadas de determinadas discapacidades, personas en riesgo social), puedan estar acompañadas por un familiar o allegado durante su estancia en Urgencias.

Por último, advierte de la necesidad de tener en cuenta el envejecimiento de la población para evitar "una hiperfrecuentación innecesaria de pacientes crónicos" y establecer protocolos en la atención a personas en exclusión social que permitan detectar problemas de salud complejos y revelar potenciales alarmas de salud pública.