Dominique A: «No temo quedarme sin ideas musicales»

El músico de Nantes, un sólido pilar de la canción francesa de los últimos 15 años, acaba de lanzar su décimo disco, Vers le lueurs. Lo estrena el sábado 2 de junio en el San Miguel Primavera Sound, en el Fòrum.

-Hábleme de esos meses previos al nacimiento del disco: cuando aún no hay ideas y, quizás, cierta ansiedad.

-Conozco esa sensación, pero con el tiempo he aprendido a no preocuparme demasiado. Es una situación extraña y, a la vez, excitante. Puedes pasarte meses sin nada entre manos. Y, con suerte, al cabo del tiempo, tienes una canción y quizá intuyas que esta es el punto de partida de algo.

-¿No existe la tentación, por puro miedo a sufrir sequía creativa, de dar por buena cualquier canción?

-No me da miedo quedarme sin ideas musicales. Para mí, crear música es juntarte con unas personas y tocar. Si encuentro a la gente adecuada, la música surgirá. Solo me da miedo quedarme sin ideas para las letras. En las letras de mis discos puedes encontrar temas que reaparecen, pero siempre necesito encontrar un nuevo modo de explicarme, un ambiente literario para escribir las letras.

-Su anterior disco, La musique, sonaba oscuro, frío y metálico. Este esta lleno de luz y huele a campo.

-- Si las cosas van como deben ir, al final de la gira ya tengo una idea clara de dónde quiero ir en el próximo disco. Y esa idea surge cuando me aburro de tocar de un modo concreto. Mi método es situarme en el lado opuesto de donde estaba el disco anterior, sin negar lo que hice antes. Quiero que cada disco represente una de mis intenciones. Con los años, tendré suficientes discos y juntos representarán mi gusto musical completo.

-Los primeros segundos de Vers le lueurs anuncian el sonido del disco. Como un titular: hay flautas y rock.

-- Sí, lo hago siempre. Los primeros 20 o 30 segundos deben explicar todo lo que vas a escuchar en el disco. Es como la primera escena de una película o el primer párrafo de una novela.

-Siempre está insatisfecho con su voz. En este disco suena más joven. Pero, claro, a la mayoría de cantantes les gusta que su voz envejezca...

-¡Yo también querría! Aquí he intentado que suene sencilla y natural: como en un buen día de concierto. Me gustaría tener la de Johnny Cash, pero esta es mi voz. La voz humana es una cosa rara: dice demasiado de uno mismo. Por eso siempre es tan incomodante.

-¿Cómo le afecta trabajar en un negocio como el discográfico, que, cuando usted reaparece cada tres años, tiene una salud más crítica?

-- Hace seis años publiqué L'horizon y dije: tal vez sea mi último disco físico. Volví a decirlo con La musique. Y ahora vuelvo a pensarlo, así que: ¡sigamos trabajando! Por otro lado, acabo de editar un libro, Y revenir. Ahora tengo la música y la literatura. Tal vez eso cambie mi perspectiva sobre cómo hacer música.

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