SAN MIGUEL PRIMAVERA SOUND 2012

Discoteca selecta

Saint Etienne desplegó su exquisito catálogo pop

Sarah Cracknell, de Saint Etienne, durante el concierto de anoche.

Sarah Cracknell, de Saint Etienne, durante el concierto de anoche.

J. B.
BARCELONA

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Hace un par de años, Pet Shop Boys levantaron los ánimos del festival con un atracón de electro-pop con acentos hedonistas, y anoche Saint Etienne utilizó una receta parecida para poner el Fòrum en estado de lánguida felicidad. Y así, una muestra que ha albergado sonidos agrestes, incluidos los del metal extremo, se entregó a los brazos del pop y del estribillo adherente y sensible en una sesión de discoteca exquisita de sábado noche.

El grupo londinense ha roto hace unas semanas siete años de parón editorial con Words and music by Saint Etienne, muestra refinada de sus artes que anoche aportó canciones provistas de un halo seductor, interpretadas por una Sarah Cracknell provista de pluma de boas, cómo no, y con ese candor distante que evoca remotas viñetas eurovisivas. Han pasado 18 años desde su debut barcelonés, en un Studio 54 muy poco poblado, y Cracknell no ha cambiado mucho: sigue repartiendo sonrisas camp de novela rosa y gestos vagamente acartonados.

Saint Etienne abrió con la envolvente Like a motorway y acudió a su rutilante colección de hits con toque casero, como You're in a bad way, Sylvie y Good thing, además de las versiones de Who do you think we are (Jigsaw) y Only love can break your heart (Neil Young). Veterano de todo tipo de festivales, repetidor de citas lúdicas como el FIB, el grupo mostró profesionalidad en su manera de contagiar una mezcla de emotividad y extroversión en un gran recinto.

Antes de Saint Etienne, el anfiteatro del Fòrum acogió en sus escenarios centrales propuestas tan diversas en cuestión de tonelaje emocional como las de Dominique A y Kings of Convenience. El cantautor eléctrico francés se llevó por delante el anfiteatro con la puesta en escena de su reciente Vers les lueurs y citas a obras como La fossette, que cumple 20 años. Una titánica exhibición de poder con canciones de enormes dimensiones y largo alcance, que contrastó con el menú liviano del dúo noruego, apuntalado en unas armonías vocales y guitarras acústicas que destacan por su ingravidez: como anunciaron en Quiet is the new loud, la tranquilidad es la nueva forma de ser estridente.

En el Auditori del Fòrum, un espectro del pasado que sorprendió por su vigor: la cantautora canadiense Buffy Sainte-Marie, con 71 años a cuestas y más rockera que folkie. Rescató con tacto su humanista Universal soldier, que Donovan hizo famosa en los 60.

DILEMAS HORARIOS / Los horarios no ayudaron a los equipos locales: Refree, Anímic y Senior i el Cor Brutal tocaron todos a las 17.00 horas en diferentes escenarios, reuniendo cada uno de ellos entre algunas decenas de personas y un par de centenares en función del momento. Eso no les desmotivó precisamente: habría que ver la convicción infinita del valenciano Miquel Àngel Landete (Senior) cuando cantó su himno Gran a pleno pulmón.