Renovación sin urnas

La sacudida que han sufrido los ayuntamientos de las cocapitales vallesanas hace augurar cambios considerables tras las elecciones municipales de mayo del 2015. No solo por la más que previsible irrupción de nuevos partidos en el pleno, sino también por la renovación de los alcaldables del PSC, partido que ha ejercido de amo y señor en Sabadell y en Terrassa en los últimos mandatos, lo que ha convertido al Vallès Occidental en una de las pocas comarcas catalanas dominadas por fuerzas de izquierdas. El ajetreo en Sabadell ha sido notable. El caso Mercuri ha pasado factura a los socialistas, forzando la salida del que fue alcalde durante 14 años, Manuel Bustos, y poniendo en duda la integridad del grupo municipal, con tres ediles imputados.

Joan Carles Sánchez fue el designado para relevar a Bustos, imponiendo un cambio de estilo en el gobierno municipal que parece no haber gustado a la ejecutiva local del PSC, claramente influenciada por la huella del exalcalde. Hasta tal punto que la dirección sabadellense no apoyó a Sánchez cuando manifestó su intención de presentarse para liderar la candidatura del 2015. En su lugar, la dirección optó por volcarse en Josep Ayuso, hombre de confianza de Bustos, que ganó las primarias locales del pasado mayo por un estrecho margen a Marta Farrés, quien contaba con la bendición de Sánchez. Desde entonces, tanto el partido como el ayuntamiento de Sabadell se han centrado en promocionar públicamente la imagen de Ayuso, que fue ascendido de tercer a primer teniente de alcalde.

Su principal rival en las urnas será Carles Rossinyol, líder de CiU, que espera aprovechar el declive del PSC en el conjunto de Catalunya. La federación nacionalista tuvo un disgusto en los últimos comicios, cuando esperaba que la crisis que azotaba al PSC en el ámbito nacional repercutiese en la ciudad. Pero la imagen de Bustos pesó más que las siglas, lo que permitió a los socialistas revalidar su puesto como principal fuerza.

DESPUÉS DE NAVARRO / Lejos de los escándalos judiciales, Terrassa vive una situación de incertidumbre. La marcha del socialista Pere Navarro de la ciudad se complementa con la duda de si el rival histórico del PSC  en las urnas, Josep Rull, número dos de CDC, será el líder de las listas nacionalistas en el 2015. La salida de Navarro para tomar las riendas del PSC dejó el gobierno local en manos de Jordi Ballart, un joven edil (1980) y hombre de confianza de Navarro que asumió en el 2012 la alcaldía con el beneplácito del socio de gobierno, ICV-EUiA.

Pese a su juventud, Ballart ha impuesto su propia filosofía, sin poderse lucir como podría haberlo hecho en épocas de bonanza. Aun así, ha marcado un estilo caracterizado por la proximidad tanto física como virtual, convirtiéndose en uno de los concejales más activos en las redes sociales de la comarca. La agrupación local lo eligió por vez primera para liderar a los socialistas en un proceso de primarias en el que ningún otro aspirante presentó candidatura. La gran duda que ahora mismo planea sobre el futuro en la ciudad es cuál será el gran competidor de Ballart en las urnas. Rull fue el contrincante de Navarro en las últimas tres elecciones locales. En las más recientes, la diferencia se estrechó como nunca antes lo había hecho.

ANUNCIO EN SEPTIEMBRE / Pero el panorama ha cambiado drásticamente. Tras la retirada de la política de Oriol Pujol, imputado en el caso ITV, Rull ha pasado a ser el número 2 de Convergència. La duda que se plantea ahora es, pues, si revalidará como  alcaldable en Terrassa. Fuentes cercanas a CDC aseguran que Rull no anunciará su decisión hasta las primeras semanas de septiembre. Su propósito sería informar primero a la militancia de que su decisión pasa por centrar sus esfuerzos en el partido a nivel catalán y renunciar a optar a la alcaldía, y posteriormente hacerlo extensivo al resto de la ciudadanía. Esta circunstancia abre un nuevo interrogante: ¿quién sustituiría a Rull? Entre las quinielas se barajan varios nombres, pero ninguno de manera contundente.

El partido sabe que es un momento que no puede desaprovechar. El mismo Rull lo dijo en el pleno de despedida a Navarro: «Al alcalde en Terrassa la gente le conoce como Pere, y cuando en una ciudad los vecinos conocen al alcalde por su nombre, el líder de la oposición tiene un problema».

EL TIRÓN REPUBLICANO / En ambas localidades ERC sufrió un duro revés en las últimas elecciones municipales. En Sabadell pasó de tener uno a cero representantes en el pleno, mientras que en Terrassa la sacudida fue mayúscula: de tener dos concejales y formar parte del gobierno local junto al PSC y a ICV-EUiA, los republicanos pasaron a dejar de tener representación en el pleno municipal.

La previsión para los comicios del 2015 apunta a un vuelco considerable, no solamente por las simpatías que los independentistas están cultivando en toda Catalunya en pleno proceso soberanista; también por los resultados de las pasadas elecciones europeas, donde Esquerra ganó por primera vez en la historia en las dos cocapitales.