EL MODELO DE ESTADO

Rajoy menosprecia la reforma de la Constitución que propone el PSOE

Rajoy charla con Santamaría y Báñez, ayer en los pasillos del Congreso.

Rajoy charla con Santamaría y Báñez, ayer en los pasillos del Congreso.

JUAN RUIZ SIERRA / MADRID

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Pasada la consulta del 9 de noviembre, con Catalunya acercándose a unas probables elecciones plebiscitarias y los socialistas reclamándole que tenga gestos «políticos» y se abra a estudiar una reforma constitucional, Mariano Rajoy dio ayer muestras de que casi todo va a continuar como hasta ahora. Cuando el líder del PSOE, Pedro Sánchez, le preguntó cuáles iban a ser sus próximos pasos en el conflicto territorial, los verbos que más utilizó el presidente fueron «seguir» y «mantener». Pero Rajoy también avanzó dos cosas: que quiere reiniciar el diálogo con la Generalitat y que, por el momento, sigue viendo la iniciativa federalista del principal partido de la oposición como un simple «eslogan», una propuesta digna de ser ridiculizada porque no tiene apenas contenido y solo busca dar una imagen de unión entre unos socialistas que, a juicio del jefe del Ejecutivo, no se ponen de acuerdo sobre qué quieren hacer con el Estado de las autonomías.

El pasado julio, durante el encuentro que mantuvieron en la Moncloa, Rajoy pidió a Sánchez que aparcara su propuesta de reforma de la Carta Magna hasta después del 9-N. El líder del PSOE, que hasta los últimos tiempos ha estado apoyando al Gobierno en su enfrentamiento con la Generalitat y ahora empieza a tomar distancias, le hizo caso y guardó en un cajón las iniciativas federales que había preparado su antecesor, Alfredo Pérez Rubalcaba. Pero ahora el contexto es otro.

LA RESPUESTA / Sánchez está convencido de que es la hora de la «política», no de «las querellas», así que el domingo reunió en Zaragoza a los barones de su partido y anunció que pediría una subcomisión parlamentaria para que expertos, instituciones y autonomías se pusieran de acuerdo sobre qué disposiciones convenía cambiar de la ley fundamental. Los socialistas, cuyas sensibilidades territoriales son diversas, no concretaron cuál era su propuesta, buscando que el PP, que tiene mayoría absoluta y resulta indispensable para abrir la Constitución, se sumara al proyecto. La respuesta llegó ayer. Fue un rotundo no.

Rajoy lanzó primero una serie de preguntas retóricas. «¿En qué se diferencia el Estado federal del autonómico? -inquirió- ¿Significa el Estado federal que todas las autonomías tendrán las mismas competencias? ¿Qué modelo de financiación vamos a tener? ¿Vamos a mantener el concierto y el convenio solo para los que lo tienen o lo extenderemos a otros? ¿Será el modelo de financiación igual para todos? ¿Se va a producir un blindaje de competencias?».

Después atacó. «Señor Sánchez, ustedes solamente están de acuerdo en una cosa, que es en no decir nada, porque no tienen acuerdo de ningún tipo en el resto. Por eso el planteamiento es no decir nada salvo eslóganes; y así no se solucionan los problemas de España ni de ningún lugar de España. Vamos a empezar a ver si somos serios y nos dejamos de eslóganes y titulares», sostuvo.

Acusado por el ala dura del PP de haber permitido el sucedáneo de consulta, Rajoy había explicado poco antes que quería volver a sentarse con el presidente de la Generalitat, Artur Mas. Al anunciar su catalógo de medidas ante el malestar en Catalunya («mantener la estabilidad política», «continuar con las reformas»...), el jefe del Ejecutivo señaló que uno de sus deberes era «dialogar con la Generalitat» y dijo estar «dispuesto a hablar» sobre el documento que Mas le entregó en su reunión del pasado 30 de julio, que contiene 23 peticiones, la mayoría económicas y de infraestructuras, de la Generalitat al Estado.

SIN FECHA / El presidente visitará Catalunya el próximo 29 de noviembre, pero no está previsto que se vea con el líder de CiU. Hoy y mañana estará en Barcelona Sánchez, quien se reunirá con entidades sociales y empresarios. Pese a que los socialistas  se comprometieron el domingo a presentar «de inmediato» su propuesta de delimitación de la reforma constitucional, por el momento no lo han hecho. Tampoco saben si lo harán la próxima semana. Mientras tanto, tachan de «trampa» la actitud de Rajoy, porque debería ser él, dicen, quien liderase el cambio en la Carta Magna que proponen. «Es la hora de la política. Si usted no ofrece soluciones, señor Rajoy, entonces es parte del problema», dijo Sánchez.

Más duro fue el ecosocialista Joan Coscubiela. Tras preguntar al presidente por la desigualdad, y contestarle este con un optimismo económico que no es compartido por la ciudadanía, el diputado de ICV le dijo: «Su conformismo económico, su inmovilismo en Catalunya y su connivencia con la corrupción le convierten a usted en el principal factor de riesgo para la convivencia».