Cambios en la Carta Magna

PSOE y PP dudan de poder sumar a CiU al pacto constitucional

MARGARITA BATALLAS / MADRID
FIDEL MASREAL / BARCELONA

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«Por nosotros que no quede». Esta afirmación fue realizada ayer por uno de los negociadores del PSOE que están intentando convencer a CiU para que se sume a la reforma de la Constitución, un acercamiento que nadie ve claro. Ni los socialistas, ni los populares, ni los propios nacionalistas. A pesar de todo, está previsto que hoy, cuando expire el plazo para presentar enmiendas a la modificación de la Carta Magna, que incluye una regla de estabilidad presupuestaria, comience una negociación contrarreloj entre los dos principales partidos y los convergentes para que, si no apoyan la reforma, al menos se abstengan en la votación que tendrá lugar mañana en el Congreso.

La federación hizo llegar ayer a mediodía a los dos principales partidos un documento de tres folios en los que les adelantaron el sentido de las enmiendas que hoy registrarán en la Cámara baja. El texto de CiU propone un nuevo redactado del artículo 135.5, con el objeto de que la futura ley de estabilidad presupuestaria solo afecte a la Administración del Estado. Los nacionalistas también quieren que dicha norma limite la solidaridad entre las comunidades autónomas.

Asimismo, plantean mejoras técnicas porque, a su juicio, lo que figura como disposición adicional en la reforma (la entrada en vigor de los límites del déficit estructural) debería ser una disposición transitoria, pues tiene ya fijada como fecha de aplicación el año 2020. Por el contrario, CiU da su visto bueno al principio de que el pago de la deuda es prioritario, al considerar que este apartado de la reforma es el que trasmite un mensaje de confianza a los mercados y a las instituciones europeas.

LOS ARGUMENTOS/ Fuentes socialistas explicaron que las reivindicaciones de CiU tienen «mínimas» posibilidades de ver la luz. «El margen de maniobra es muy pequeño», apuntaron. En la misma línea, el PP descartó que hubiera acercamiento alguno para poder encajar las enmiendas de CiU, aunque fuentes del grupo popular en el Congreso subrayaron la voluntad de llegar a «un consenso a tres bandas», informaPilar Santos.

Las peticiones de los nacionalistas catalanes no ayudan a garantizar la estabilidad financiera de España, según fuentes socialistas, que apuntaron que «la presión de la deuda es sobre España, y los mercados no distinguen a las comunidades autónomas». «Es como si en la Constitución alemana se hubiera incorporado una excepción para Baviera, no tendría sentido», agregaron las mencionadas fuentes.

Tanto el PSOE como el PP están molestos con el portavoz de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, porque no contó toda la verdad sobre la negociación. Ambos partidos coinciden en subrayar que, aunque Duran no estuvo presente en las conversaciones, fue informado puntualmente por teléfono del contenido de las mismas. El líder democristiano se escudó en su ausencia en estas reuniones para inhibirse y decidir que los 10 diputados convergentes no votaran la tramitación de la reforma, pese a permanecer en sus escaños.

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder del PP, Mariano Rajoy, también se implicaron en las negociaciones y hablaron con Duran para sumarle al pacto. La vicepresidenta económica, Elena Salgado, también está al tanto de los contactos y analiza, junto con un grupo de expertos, los textos de las enmiendas para ver si pueden ser asumidas.

LLAMADAS DE ZAPATERO Y RAJOY / Tras el encuentro que mantuvo con el primer ministro de Portugal, Pedro Passos Coelho, Zapatero defendió la reforma. «Tiene un amplio respaldo porque tiene el consenso de los dos grandes partidos. Los plazos han sido perentorios, pero lo necesitamos para que la reforma sea efectiva», declaró. El jefe del Ejecutivo también confió en que la «moderación» de la que «hace gala» CiU quede patente «en un momento tan decisivo para España» y finalmente, como mínimo, se abstenga. También el responsable de Economía del PP, Cristóbal Montoro, apeló a la responsabilidad y destacó que «España entera se está jugando su credibilidad, su presente y su futuro en el euro».

A las dos de la tarde de hoy termina el plazo para presentar las enmiendas, que serán votadas mañana, antes de que salga adelante la reforma de la Carta Magna. Tras su paso por el Senado, 35 diputados o 26 senadores podrán solicitar un referendo, una posibilidad, hoy por hoy, más que improbable.