la nueva fuerza política

PSOE y PP aguijonean a Podemos

El 'caso Errejón' y la hemeroteca sumen al partido en una semana 'horribilis'

Íñigo Errejón.

Íñigo Errejón.

IOLANDA MÁRMOL / MADRID

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Podemos vive sus peores horas desde que subió por sorpresa a la cresta de la ola en las elecciones europeas y esta semana ha constatado que los partidos de lo que ellos llaman la «casta» han pasado del shock inicial al ataque directo. La formación política se constituyó oficialmente el pasado fin de semana, y sus adversarios han empezado a tratarlo como un igual, un enemigo al que abatir con los usos habituales en tiempos de desafección: atizando con insinuaciones de corruptelas.

La filtración de que Íñigo Errejón, el responsable de la secretaría política, está contratado en la Universidad de Málaga (UMA) como investigador a pesar de residir en Madrid y de dedicar la mayor parte de su tiempo a Podemos, ha servido a PP y a PSOE una polémica en bandeja. Ayer, el secretario general del grupo parlamentario socialista, Miguel Angel Heredia, acusó a Podemos de haberse quemado en la primera prueba de fuego y exigió a la formación que ponga en práctica la ejemplaridad de la que hace gala. Los dardos no han sido lanzados solo por segundas espadas. La presidenta andaluza, Susana Díaz, también aireó el caso, y reclamó a la universidad que hiciese pública la fórmula de contratación que se había empleado con Errejón.

El presidente del PP andaluz, Juanma Moreno, llegó a pedirle que devolviese el dinero. Errejón ya había ofrecido su versión de los hechos el lunes en rueda de prensa. Visiblemente entristecido, explicó su vinculación con el proyecto de investigación, dijo que existía desde el primer momento el pacto de que él trabajaría desde Madrid y que siempre entregó en plazo los proyectos. Errejón también afirmó que ya advirtió a la universidad que si salía elegido en la cúpula directiva de Podemos abandonaría el puesto como investigador, y explicó que la fecha que había trasladado para causar baja es el próximo 16 de diciembre.

La rectora de la UMA, Adelaida de la Calle, también ofreció ayer explicaciones y confirmó que la candidatura de Errejón había sido la única que se había presentado para esta plaza, por la que cobra 1.825 euros mensuales. El director de la investigación, Alberto Montero, explicó que él mismo le avisó de esa vacante porque vio que su perfil podría encajar. Montero es miembro del consejo ciudadano de Podemos elegido el pasado sábado, y aunque los datos que ha ofrecido han sido luego corroborados, su vinculación ha actuado como deslegitimadora de toda neutralidad.

DESCONCERTADOS / «Nos parece revelador que pongan la lupa en Podemos con todo lo que está sucediendo». La reflexión la pronunciaba en voz alta un afligido Errejón y pone de relieve el desconcierto y el malestar que ha despertado en el partido la oleada de ataques a manos de PP y PSOE. Razonadas o no, a nadie se le escapa que el alud de recriminaciones se enmarca en un contexto adverso para socialistas y populares, tras que los sondeos del Centro de Investigaciones Sociológicas confirmasen a Podemos como primera fuerza en intención directa de voto.

Los arponazos de los últimos cinco días se han cebado en el caso Errejón y en el pasado que recogen las hemerotecas de su secretario general, Pablo Iglesias. Sus declaraciones de admiración a Venezuela y otras frases rescatadas de internet han conseguido descolocar a Iglesias, que ha admitido a los suyos que se ha sentido contra las cuerdas en entrevistas y tertulias. Sus colaboradores están preocupados, creen que en algunos casos la exigencia con el líder ha cruzado las fronteras de lo razonable y ven cierta agresividad en las preguntas.

Tras los micrófonos, el látigo contra Podemos se transforma en una admiración desbordada por su líder. Sirva como ejemplo el comentario de un periodista tras la avalancha de fotografías que los trabajadores de un medio de comunicación quisieron hacerse con Iglesias. «No habíamos visto algo así desde que nos visitó Rafaela Carrá».