ANÁLISIS

Pocos cambios a la vista en el mapa electoral

Àngels Pont

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Las previsiones electorales de la encuesta que hoy publica EL PERIÓDICO son muy similares a las del mes de junio. Se consolida un escenario con un claro vencedor, un retroceso de todas las fuerzas que integran el tripartito y un mantenimiento con una ligera tendencia al alza del PP. Ciutadans obtendría representación y la formación que encabeza Joan Laporta estaría cerca.

¿Es previsible que este mapa electoral cambie de aquí a las elecciones? Seguro que habrá algunos cambios, pero la distribución de voto entre las diferentes fuerzas apuntará en el sentido que indican las encuestas. Es poco probable que los partidos que integran el tripartito mejoren sus resultados respecto al 2006, y es seguro que CiU los mejorará sustancialmente. Algunas de las claves que se tienen que acabar resolviendo en las próximas semanas son el grado de movilización y las consecuencias de la presencia de las nuevas y diversas opciones políticas.

En cuanto al nivel de participación, hoy por hoy, se prevé por debajo del 50%. Los ciudadanos que dicen que irán a votar con seguridad suman un 9% menos que los que decían lo mismo hace cuatro años, los votantes de las fuerzas que integran el tripartito están poco motivados, y la sensación general hacia los actores políticos resulta poco entusiasmadora. Incluso CiU, con unos resultados estimados tan contundentes, suspende la tarea que ha hecho en la oposición. Por otra parte, la llegada de nuevas candidaturas al mínimo para obtener escaños puede condicionar la representación de las fuerzas políticas que la tienen asegurada, hasta el punto de que puede facilitar o entorpecer que CiU llegue a la mayoría absoluta.

De momento, los pronósticos en relación a estos nuevos partidos tienen que ser prudentes. En principio la dispersión de ofertas hace pensar que tendrán dificultades para llegar al mínimo exigible para obtener representación. Joan Carretero y Joan Laporta han dividido el voto más radical favorable a la independencia y han debilitado una opción que, en las actuales circunstancias, tendría asegurada la representación. La popularidad de Laporta le favorece y las simpatías que despierta en algunos segmentos de población -los jóvenes- hace pensar que la campaña reforzará sus posibilidades.

Otro espacio lo pueden ocupar Nebrera y UPD, que compiten con Ciutadans. Este último, que obtuvo casi 90.000 votos y tres escaños hace cuatro años, tampoco aparecía en las encuestas dos meses antes de las autonómicas del 2006. No sabemos si cada una de estas opciones por separado sumará el mínimo para obtener representación, pero conjuntamente sumarán un volumen de votos bastante indicativo del grado de desconcierto reinante.

En Catalunya existe un sentimiento muy intenso de agotamiento, mezcla de la insatisfacción con la marcha del país y de una marcada desconfianza con el Govern de Entesa y los partidos que lo integran. Más allá de las múltiples ofertas indicativas de este malestar, se demanda estabilidad y CiU se erige como la única fuerza que, a los ojos de los ciudadanos, puede aportarla.