Mas exige a Montilla "altura institucional" para ayudar al Govern con los recortes

El presidente de la Generalitat, Artur Mas, ha apelado directamente a su antecesor en el cargo, José Montilla, para que tenga la “altura institucional” que requiere la actual situación económica y respalde al Govern de CiU, en lugar de criticar las medidas de ajustes que se van anunciando. Un tijeretazo del que el líder nacionalista no ha dado hoy nuevas pistas, aunque sí ha sugerido que se inspira en el plan de recortes que ha impulsado el primer ministro británico, David Cameron.

Ante el consejo nacional de CDC, Mas ha anunciado que el presupuesto de la Generalitat para el 2011 será inferior que el del año pasado, algo que nunca había sucedido en tres décadas. “Alguien lo tenía que hacer porque no se hizo cuando tocaba. Si prorrogamos las cuentas anteriores, nos clavaremos una castaña monumental”, ha señalado. Tras reconocer de nuevo que algunas medidas serán impopulares, el jefe del Govern ha puesto como ejemplo los 100.000 millones de euros que Gran Bretaña quiere ahorrar en cuatro años con el plan de ajuste de Cameron. Entre otros recortes, el Ejecutivo británico se está planteando eliminar 600.000 empleos públicos y abaratar el despido.

Mas no ha precisado el alcance que tendrá el tijeretazo, pero sí ha reclamado a la oposición, sobre todo al PSC, que “arrime el hombro” y ayude al Govern, recordando otra vez que el estado de las finanzas catalanas es consecuencia de su gestión. “Los que provocaron el daño critican ahora al médico que lo intenta curar”, ha metaforizado. A los socialistas les ha reprochado, además, que carguen contra las medidas de ajuste de la Generalitat, pero, al mismo tiempo, apoyen al Ejecutivo central, que está presionando a Catalunya para que los recortes sean más profundos.

Pero, de forma significativa, el presidente catalán se ha dirigido a Montilla: “Él que ha sidopresident, debería tener altura institucional y arremangarse, en vez de criticar”. Precisamente, minutos antes, el líder del PSC había acusado a Mas de “desmontar” en dos meses la herencia que el tripartito había forjado en siete años.