PERFIL

Mariano Rajoy, chapado a la antigua

Alejado de modas y defensor del legado ético que aporta la familia, se define a sí mismo como "un señor de provincias"

Mariano Rajoy se dirige a la tribuna, este martes, en el debate de investidura.

Mariano Rajoy se dirige a la tribuna, este martes, en el debate de investidura. / periodico

GEMMA ROBLES / Madrid

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"Mamá, ¿el señor de la barba blanca esRajoy?", preguntó un niño confuso a su madre durante un mitin durante la pasada campaña electoral. Un grupo de periodistas que escuchó el comentario reflexionó sobre la imagen que del entonces líder popular, ahora recién elegido presidente, tienen las nuevas (novísimas) generaciones, desconocedoras de que el señor de la barba blanca entró en la política sin una sola cana, allá por 1977, en Alianza Popular.

Entonces no tenía barba. El joven lampiño, natural de Santiago de Compostela, comenzó pegando carteles mientras estudiaba en la universidad. Este nieto de abogado galleguista, amante de los deportes, los puros y la farra (esta última afición la dejó cuarentón, confiesa, cuando se casó con Elvira Férnandez), se licenció en Derecho y, con 23 años, se convirtió en el registrador de la propiedad más joven de España.

Hacerse funcionario fue su forma de contribuir a una tradición familiar: sus tres hermanos también tienen plaza pública. Y su padre, que ha cumplido ya 90 años y que es el referente fundamental del nuevo presidente, es juez. "Creo que me parezco bastante a mi padre. Él es perfeccionista e introvertido, muy prudente. (...) A mi padre, por ejemplo, no le gusta hablar de lo que no sabe, actitud que comparto", confiesa en su autobiografía el propio Mariano, que gusta de definirse a sí mismo como "un señor de provincias".

Ministro de casi todo

PeroRajoytenía aspiraciones más allá del registro de propiedad. Así que pronto llegaron las responsabilidades políticas. Y la barba: se la dejó crecer para disimular las cicatrices que le dejó en el rostro un accidente de coche sufrido en Lugo, tras una noche de fiesta. Fue su primer accidente, que no el más llamativo: él y sus acompañantes, entre los que estaba Esperanza Aguirre, lograron salir ilesos en el 2005 del interior de un helicóptero que cayó al suelo tras despegar. Pero entre ambos accidentes hay 26 años de trayectoria.

Y es que el actual jefe de los populares fue concejal, presidente de la Diputación y vicepresidente de Galicia hasta que, en los 90, se hizo cargo del área electoral del PP. De la mano de Pío Cabanillas padre, logró entrar en el aparato del partido. Fue ministro de casi todo en la era Aznar, además de pieza fundamental en los pactos con PNV y CiU, en la legislatura de 1996.

Por las manos de este político despreocupado por la imagen (pese a que ha perdido kilos con sus caminatas), chapado a la antigua ¿en su vocabulario habitual están palabras como magnetofón o postín ¿, poco amigo de la prensa y tendente a tomar decisiones con excesiva calma, pasaron las carteras de Administraciones Públicas, Educación, Interior y Presidencia, hasta que fue nombrado vicepresidente y portavoz, época en la que tuvo que lidiar con el Prestige . Pero Aznar le recompensó y lo eligió sucesor. Tras dos derrotas en las urnas y una guerra interna en el PP, ha logrado su objetivo. A Mariano, un padre de familia de 56 años que reconoce no ocuparse de tareas domésticas, le toca explicar a sus hijos, Marianito y Juan, a los que ayuda a hacer deberes y a los que pide ayuda con el inglés, cómo les va a cambiar la vida desde hoy.