un sainete en tres actos

El hemiciclo muta en aula llena de alumnos díscolos

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Antes de dar paso a la votación, el presidente del Congreso, José Bono, dijo que la sesión se suspendía durante cinco minutos y se marchó a su despacho. El hemiciclo fue como una clase en la que los díscolos alumnos aprovechan para dejar el pupitre -en este caso, el escaño- y hablar con sus compañeros hasta que vuelve el profesor. El presidente del PP, Mariano Rajoy, charló con la vicepresidenta económica, Elena Salgado, y el portavoz del grupo socialista, José Antonio Alonso. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, con el candidato del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba. Pero la mayor agitación se vivió en la zona de los diputados de CiU. Allí acudían representantes socialistas y populares para mostrar papeles al portavoz nacionalista, Josep Antoni Duran Lleida. Y así pasaron los minutos. En lugar de cinco, fueron cerca de 20.

CiU gusta de las negociaciones hasta el último momento. Sus diputados se mueven bien en el suspense. «En el suspense, ganan», decía hace un par de días un importante cargo del PSOE. Pero esta vez, su táctica de alargar hasta el final las opciones de pactos no les sirvió, no como en la negociación colectiva, donde lograron jugosas contrapartidas por su abstención. Cuando Bono volvió, todos los diputados se sentaron disciplinadamente. Todos, menos los de izquierdas, que se marcharon del hemiciclo.