LA JORNADA EN SARRIÀ-SANT GERVASI

Goteo de votantes en la zona alta de Barcelona

El entrenador del Bayern, Pep Guardiola, hace cola para votar en el CIC de Via Augusta, en Barcelona

El entrenador del Bayern, Pep Guardiola, hace cola para votar en el CIC de Via Augusta, en Barcelona / periodico

CARLOS MÁRQUEZ DANIEL / BARCELONA

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Si alguien aterriza en el colegio electoral sin saber de qué va todo esto, puede que piense que estos son unas elecciones. Pero si se fija, verá cómo son muchos los ciudadanos que se hacen fotos. Luego comprobará cosas más livianas, como que la urna es de cartón, que no hay interventores o que las personas detrás de la mesa no tienen esa cara de frustración y resignación propia del que atiende estos menesteres por obligación. En el caso de la zona alta de Barcelona, es justo decir que no se producen las colas propias de otros barrios, de otros pueblos. El colegio Sant Ignasi, los jesuitas de Sarrià, ha dispuesto seis mesas en su enorme comedor, el mismo en el que masticaron pollo y macarrones Xavier Trias, Rafael Ribó y Alberto Fernández Díaz, cuya orla, junto a uno de los dos claustros, está detrás de la mesa en la que uno puede firmar para que Europa repare en el deseo de (algunos) catalanes de decidir sobre el futuro político de Catalunya.

"Ahí es donde te pueden detener, y aquí es para que te manden a prisión directamente", bromea un vecino, el un intento de diferenciar entre las urnas y el manifiesto. A las 8.30 poco más de 40 vecinos de Sarrià se habían acercado en esta fría mañana al Sant Ignasi. Mucha gente mayor. Los jóvenes empiezan a llegar una hora después, con los ojos algo caídos. Antoni Parellada, director del centro, explica que la Generalitat pidió a las escuelas cristianas catalanas apoyo para celebrar la consulta.

Los que lo conozcan un poco sabrán que este no es un colegio que destile indepententismo. De ahí la pregunta obligada: ¿Ha habido problemas con el AMPA? Explica el director que algunos padres han expresado su rechazo "a título personal", pero la asociación de padres, como tal, no ha puesto problemas.Sorprende, sin embargo, que en un espacio tan grande --el Sant Ignasi es la segunda finca más grande de Barcelona, solo superada por las instalaciones del Barça-- solo se hayan colocado seis mesas. No para de llegar gente. Ni una mesa con los brazos cruzados.

CAMBIO DE ESCENARIO

En la puerta de La Salle Bonanova cuelga un cartel que informa del cambio de ubicación de las urnas. El hecho alimenta el rumor de que la AMPA forzó que la consulta no se celebrara en el interior de la escuela, pero un coordinador explica que es un "problema de infrestructura" y que ayer se optó por buscar otro lugar. Al parecer, unas obras en el acceso del centro recomendaron la modificación del emplazamiento para votar, sito ahora en el polideportivo de La Salle, donde una deposita la papeleta con vistas a la piscina. Aquí hay 16 mesas en un espacio muy reducido, las cosas de la última hora. Esas obras, al parecer, podrían ser peligrosas en el caso de que algo se liara.

Josep Antoni Duran i Lleida llega impecable a la escuela pública OrlandaiJosep Antoni Duran i Lleida, un símbolo de Sarrià, pasado unos minutos de las diez. Llama la atención que le acompañen cuatro jóvenes que parecen cuidar de su seguridad. Una pareja ya mayor cuchichea. "Mira, ese es el que dice que los andaluces somos unos vagos". Y se animan: "¡Usted sí que es un vago!". El líder de Unió sonríe, rodeado de cámaras, y sigue adelante. A la salida dice que no tiene la sensación de estar desobedeciendo a nada ni a nadie, y respecto a su voto, ha sido un "'sí' como una catedral" a la primera pregunta y un 'no' a la segunda, porque es partidario "de un estado confederal". Palabras de amor para Pere Navarro, sin duda.

A LA ESPERA DE PEP GUARDIOLA

Al alcalde vota en el CIC, lugar al que históricamente muchos jóvenes de la zona alta han acudido para intentar paliar el poco inglés que les enseñaban en sus escuelas. Llega compañado de su mujer, Pili Arraut, pero los apellidos les separan. Él, al piso de arriba. Ella, se queda abajo. Xavier Trias viste vaqueros, estampa poco habitual para un politico de traje de manual. A la salida, defiende que nadie está haciendo nada ilegal. "El día que hacer esto sea desobedecer, nos habremos vuelto todos locos", resume. El alcalde nunca ha escondido su condición de nacionalista convertido al independentismo, de ahí el sentido de su voto, un sí/sí que espera poder depositar algún día "en una consulta legal y pactada".

El centro está lleno de prensa internacional. Y sí, el alcalde, es un tipo conocido, pero quizas no tanto. ¿La razón? Se espera que de un momento a otro llegue Pep Guardiola, el entrenador del Bayern de Munich y embajador involuntario por el derecho a decidir. Será, sin duda, una de las fotos de la jornada.