CUMBRE DE DIRIGENTES

Gobierno y autonomías exhibirán sintonía en una conferencia de presidentes sin Catalunya

La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaria, durante una rueda posterior al Consejo de Ministros.

La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaria, durante una rueda posterior al Consejo de Ministros. / periodico

PATRICIA MARTÍN / JUAN RUIZ SIERRA / MADRID

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Ante la insistencia de la Generalitat de mantener una relación bilateral con el Estado, por no mencionar reclamaciones más complicadas como el referéndum, Mariano Rajoy se descolgó, en sesión de investidura, con la idea de revitalizar la conferencia de presidentes autonómicosconferencia de presidentes. Debido a la minoría parlamentaria, hizo de la necesidad virtud y en el ámbito territorial buscó un foro multilateral en el que exhibir la nueva etapa basada en el diálogo y contrarrestar, de paso, el empuje independentista. La jugada le hubiese salido redonda si Carles Puidemont se hubiese prestado a asistir. Pero ni el 'president' ni el lendakari Iñigo Urkullu se sumarán este martes al cónclave que se celebrará en el Senado. Pese a que la vicepresidenta, Soraya Saénz de Santamaría, como encargada de la carpeta territorial, ha ideado un foro con aires renovados, menos protocolo y más acuerdos, al que el PSOE acudirá con intención de conseguir compromisos de Rajoy, el jefe del Ejecutivo catalán desdeñó la insistente invitación. Este lunes lo comunicó oficialmente por carta.  

Será la sexta conferencia de presidentes, la segunda de la 'era Rajoy' y la primera sin la presencia de todos los representantes autonómicos. Para evitar que las ausencias desluzcan una cita en la que el Ejecutivo y las autonomías pretenden exhibir el nuevo clima de acuerdos, el Ejecutivo ha desarrollado una doble estrategia. Por un lado, poner en valor los que sí estarán en la foto de familia, que tendrá lugar tras un desayuno informal con el Rey y antes del inicio oficial de la reunión a puerta cerrada. Y, por otro lado, lanzar un mensaje a catalanes y vascos: "Aunque haya sillas vacías, no habrá ningún español que no se sienta representado" porque el Gobierno es de todos, según destacó este lunes Santamaría.

LOS ACUERDOS

La intención del Ejecutivo es que se rubriquen una decena de acuerdos, algunos de ellos ya cerrados en las reuniones y conversaciones preparatorias. Entre ellos, el más importante, el compromiso de aprobar un nuevo sistema de financiación autonómica. Pero también se buscarán soluciones al reto demográfico, el empleo y la sostenibilidad sanitaria; se impulsará el pacto educativo, la unidad de mercado o la movilidad funcionarial, por no mencionar temas más tangibles como la creación de una tarjeta de servicios sociales única.

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Como novedad, la cita no acabará cuando se apague la luz, sino que se crearán comisiones de seguimiento, a las que el Gobierno espera que se sumen la Generalitat y el Gobierno vasco. "¿Qué van a hacer después? […] El resto vamos a seguir trabajando en temas que afectan a los ciudadanos" alertó la vicepresidenta, quien recordó a Puigdemont, en una entrevista en TVE, que el Estado impedirá el referéndum por la vía del diálogo pero también con "la firmeza" que requiere, en su opinión, "una anormalidad democrática como la copa de un pino". Tras estas amenazas, poco cabe esperar de la reunión que Rajoy y el ‘president’ mantendrán, previsiblemente, en próximas fechas, después de que la propia Santamaría y Oriol Junqueras enterraran, en su encuentro la semana pasada, la opción de un referéndum pactado.

LA ACTITUD SOCIALISTA

En este contexto, los ocho presidentes autonómicos socialistas han discutido mucho entre sí qué actitud adoptar en la conferencia. Todos querían llegar a la cita con una única posición, pero no se ponían de acuerdo sobre cuál. Unos creían que no debían extremar el enfoque pactista para no ahondar en la imagen de excesivo acercamiento con el PP, tras facilitar con su abstención la continuidad de Rajoy. Otros consideraban que la ocasión era inmejorable para extraer compromisos. Esta fue la actitud que se impuso, y con ella, el PSOE también quiere mostrar a los presidentes ausentes que están cometiendo "un grave error", señala un mandatario autonómico.

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Tanto el PSOE como el PP reconocen que la materia más compleja será, con mucho, el sistema de financiación. La reunión preparatoria con los consejeros sirvió para acordar la creación de un grupo de expertos en el plazo de un mes. Este ente deberá elevar un informe que, en principio, estará listo antes del verano. Pero después vendrá lo complicado, la negociación política, que deberá materializarse en una ley que requiere mayoría absoluta. El proceso puede demorarse mucho y, por eso, algunos presidentes, como el valenciano Ximo Puig, pedirán un "calendario claro" para que la nueva financiación esté lista antes de que acabe el 2017 y tenga carácter "retroactivo". Otros, como la andaluza Susana Díaz, pedirán un tope máximo y mínimo de impuestos cedidos.