El frente de la consulta pospone en una cita tensa el desenlace del 9-N

Artur Mas, anoche, a la salida de la reunión, quejándose ante los periodistas de que la cita no pudo ser discreta.

Artur Mas, anoche, a la salida de la reunión, quejándose ante los periodistas de que la cita no pudo ser discreta.

FIDEL MASREAL / XABIER BARRENA / BARCELONA

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Cuando el único acuerdo sólido de una reunión es que en una semana habrá que tomar una decisión es que las cosas no andan especialmente bien. Tras tres horas y media de cumbre del Govern y los partidos favorables a la consulta (CiU, ERC, ICV-EUiA y la CUP), las expectativas sobre si celebrar o no esa cita con las urnas, y cómo hacerlo, seguían casi donde estaban. La reunión fue tensa y sirvió para analizar el tortuoso recorrido preparatorio de una consulta que sigue suspendida. Pero sirvió sobre todo para que los actores implicados asumieran que la semana que viene será decisiva para que la ciudadanía sepa si hay 9-N, si se organiza una votación diferente, o se entra en el camino de las elecciones anticipadas de tono plebiscitario, como reconoció ayer el presidente Artur Mas en 'The New York Times'.

La reunión de ayer se suponía que debía ser discreta. Y cuando los líderes políticos entraron en el Palau Robert entre una nube de fotógrafos y cámaras, sus gestos fueron de evidente contrariedad. Comenzó pues, mal, la cita y no acabó mucho mejor. La versión oficial del Govern y de CiU fue que se sigue trabajando y superando obstáculos. Ciertamente hubo trabajo de orfebrería para los nuevos retos de un calendario que se va encogiendo. Por ejemplo, para publicar el listado de votantes.

Pero la cuestión política de fondo sigue siendo la divergencia entre partidos. ERC, ICV-EUiA y la CUP creen que el Govern es inconcreto en sus planes. Y que la tensión es cada vez más insuperable. Tensión entre los planes oficiales y la realidad. Tensión a la que el Constitucional puede dar la puntilla si la semana que viene suspende la comisión de control del 9-N, que es el equivalente a la junta electoral de unos comicios convencionales. Sin comisión, no hay consulta. Y este organismo de juristas y politólogos no es ajeno a las dificultades crecientes.

"La situación se está degradando", afirma uno de los actores implicados en el reto soberanista. En paralelo, el Govern sí dispone de un plan para votar de otra manera, el día 9 de noviembre, si se hace inviable la consulta tal y como estaba prevista en la ley y el decreto que firmó Mas hace casi dos semanas. Pero este sucedáneo sigue sin convencer.

¿Qué queda entonces por decidir, la semana próxima? Mas dio pistas en una entrevista publicada ayer por 'The New York Times'. "El único plan es votar el 9 de noviembre", explicó, aunque sugirió asimismo que tendrá en cuenta todos los posibles caminos que "nos llevan dentro de la ley hacia ese punto". Ese sería el sucedáneo que sigue sin convencer a ERC ni a ICV. A Esquerra no le convence porque cree que Mas no está haciendo lo suficiente por el plan A. A ICV, porque opina que el TC también se cargará este segundo plan, que sigue siendo no desvelado.

LA OTRA TERCERA VÍA

En la citada entrevista, Mas recuperó la tercera opción, de la que lleva semanas sin querer hablar en público aunque la explicitó hace un año: una convocatoria de elecciones "plebiscitarias" si no se puede celebrar legalmente una consulta, un "tercer instrumento" que, en todo caso, el dirigente matizó que no quiere ahora.

Lo que sea, deberá ser decidido en cuestión de días. Las elecciones plebiscitarias no convencen del todo a nadie. Y nadie se desmarca ni sale del marco oficial, ninguno de los actores implicados rompe la baraja.

La cita de ayer, de tres horas y media, contó casi con los mismos protagonistas que el viernes pasado. Pero a diferencia de esa primera reunión, no hubo ni foto de familia ni declaración conjunta. A la salida, casi ningún comentario, excepto unas breves palabras del portavoz del Govern, Francesc Homs, afirmando que siguen "trabajando". Mas se quejó de que la de ayer no pudo ser una cita de trabajo sin atención mediática. Lo mismo dijo la dirigente de Esquerra Marta Rovira. Todo ello más allá de las 21.30 horas y en medio de una nube de informadores, cubriendo las dos salidas del Palau Robert para obtener una mínima explicación de los dirigentes.

REUNIÓN PREPARATORIA

Por la mañana se realizó una reunión previa, preparatoria de la cumbre. Formaron parte de ella el nivel inmediatamente inferior a los líderes, es decir Francesc Homs por el Govern, Marta Rovira por ERC, Joan Mena (EUiA) y Josep Vendrell (ICV), e Isabel Vallet y Quim Arrufat por la CUP. La tónica fue la misma con la que se inició, después, la reunión vespertina. Es decir, enfado e indignación de los partidos de izquierda por lo que ellos entendieron como la nula laboriosidad del Ejecutivo catalán.

¿Se percibía cierta voluntad por enterrar ayer mismo el 9-N? "Si no totalmente, sí en el fondo por parte del Govern, aunque siempre abiertos a realizar un poco más de teatro", explicó una fuente de uno de los partidos en la oposición. Según esta misma voz, los republicanos insistieron en su voluntad de entrar en el Govern y realizar aquellas tareas que el equipo de Mas presuntamente no habría realizado. No se dio, sin embargo en el encuentro matutino, ningún paso decisivo. "Todo quedó abierto" para la reunión de los líderes, señala esta fuente.

Los encuentros se mantendrán como en los últimos días en las jornadas venideras. Pero bajo la premisa de que el tiempo se agota. Y cada día que pasa hay nuevos desafíos, como el registro de votantes, el sorteo de las mesas y las comunicaciones de los ayuntamientos al Govern sobre los puntos de votación y espacios de debate y participación. Queda un mes menos un día.