ERC exige a Mas firmeza si el Gobierno recurre el 9-N

FIDEL MASREAL / XABIER BARRENA / BARCELONA

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A nueva propuesta de consulta o sucedáneo, nuevos trámites iniciales del Gobierno para su impugnación y, para completar el círculo, nuevas exigencias de ERC a CiU de que no les tiemblen las piernas y se mantengan «fieles» a la promesa de realizar el «proceso participativo» en caso de que el Ejecutivo central, finalmente y como parece, lo recurra. La exigencia, lanzada por la portavoz republicana, Anna Simó, fue acompañada de un recordatorio. El pacto de estabilidad parlamentaria entre CiU y ERC no ha sido aún denunciado, por lo que, como mínimo hasta el 9-N, sigue vigente «y caducará en función de los hechos y no de las palabras», dijo Simó. En semanas anteriores, Esquerra ya ha dejado claro, sin embargo, que no piensa votar a favor de más presupuestos de «la Catalunya autónomica».

Simó, además, aprovechó la comparación que el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, hizo entre el nazismo y unas elecciones al Parlament de carácter plebiscitario para llevar el agua al molino republicano, cuya fuerza motriz es el no a la lista conjunta con CiU: «Iceta no entiende lo que serían unas plebiscitarias. Son un instrumento para emitir un mandato democrático. No se trata de polemizar si hay lista unitaria o no». Iceta, por cierto, se retractó ayer de sus palabras.

Poco antes de que los republicanos exhortaran a Mas a no plegarse, la portavoz de CDC y alcaldesa de Sant Cugat, Mercè Conesa, lanzó «un mensaje de tranquilidad» a la ciudadanía ante la más que segura decisión del Gobierno de pedir la suspensión también del proceso participativo. «Hemos de esperar, hay que ver si el Gobierno tiene argumentos como insinúa para parar el 9-N. Estamos tranquilos».

SUCEDÁNEO HOMOLOGABLE / Tras la reunión de la comisión permanente de CDC, la portavoz describió el plan alternativo del Govern como «mínimamente homologable» al que estaba previsto inicialmente, en el decreto firmado por Mas y avalado por todos los partidos soberanistas.

CDC evita centrar -por el momento y hasta que el Gobierno culmine el proceso iniciado ayer- el debate en si se llevará a cabo el nuevo 9-N pese a la casi segura impugnación por parte del Estado. Se trata, afirman, de centrarse ahora en la campaña que empezará mañana con una muy clásica pegada de carteles. CDC sigue volcada en un mensaje inequívocamente independentista y por la unidad. Un día per viure'l y Units per un país nou son algunos de los mensajes de CDC, que también se editarán en castellano (Vamos a votar) y que apuestan por el sí-sí, al mismo tiempo que incorporan la simbología de la campaña Ara és l'hora de la ANC y Òmnium Cultual.

En paralelo, Unió, que reunió también a su dirección, hizo evidente la distancia que le separa con su socio de federación en lo que atañe a la cuestión independentista. El partido  de Josep Antoni Duran se limitará a hacer campaña en favor de la participación. Y solo da una consigna: votar  a la primera pregunta (¿Quiere que Catalunya sea un Estado?). Participa i vota es el lema de la campaña democristiana.