Sánchez pierde fuelle en su lucha por mantenerse al frente del PSOE

El batacazo electoral en Galicia y Euskadi da argumentos a quienes reclaman el relevo del secretario general

Sánchez, el pasado sábado, durante su intervención en la Festa de la Rosa del PSC celebrada en  Gavà.

Sánchez, el pasado sábado, durante su intervención en la Festa de la Rosa del PSC celebrada en Gavà. / periodico

Juan Ruiz Sierra

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Pedro Sánchez perdió este domingo fuerza ante la cruenta batalla interna que librará el PSOE. El batacazo electoral en Galicia y Euskadi, dos territorios controlados por dirigentes afines al secretario general, concede nuevos argumentos a quienes reclaman un cambio en el liderazgo socialista. Entre ellos, a los principales barones, quienes llevan meses, si bien de forma errática y en ocasiones incoherente, intentando deshacerse de Sánchez, que hasta ahora ha demostrado una enorme resistencia para mantenerse en el puesto. La semana que ahora empieza será clave en la guerra orgánica, y los críticos dan por hecho que el líder vaya a irse por su propio pie.

Todas las encuestas vaticinaban un serio descalabro del PSOE, pero los sondeos habían infravalorado en las últimas convocatorias al partido, y la dirección socialista confiaba en que, una vez más, el resultado sería mejor de lo esperado. Los colaboradores de Sánchez creían posible que Alberto Núñez Feijóo perdiera la mayoría absoluta en Galicia y que el PSdeG ocupara el segundo lugar, permitiendo un pacto con En Marea para alcanzar la Xunta. Pero el PP mantuvo su cómoda ventaja y hubo ‘sorpasso’ en votos (en escaños empataron a 14) de la marca integrada por Podemos. En Euskadi, los socialistas, que tenían 16 escaños, solo obtuvieron esta vez nueve, los mismos que el PP. Otro mal resultado sin precedentes.   

LA ALTERNATIVA

“¿Cómo se puede intentar gobernar en España después de esto?”, se preguntó un importante dirigente del sector crítico, aludiendo al anuncio de Sánchez de que retomará los contactos con Podemos y Ciudadanos para conformar una mayoría alternativa al PP. La empresa se prefiguraba difícil debido a los vetos cruzados de las fuerzas emergentes, pero ahora lo es todavía más, con los socialistas centrados en su pugna interna.

La cuestión que les enfrenta ya no es tanto la conveniencia o no de abstenerse en una nueva investidura de Mariano Rajoy (pese a que los críticos consideran que el desenlace de este domingo prueba que el PP saldría reforzado en unas nuevas generales) como la misma figura de Sánchez, quien este lunes reunirá a la comisión permanente del partido. Se trata de un organismo cuyos integrantes son en su mayoría afines al secretario general, pero la semana irá subiendo en intensidad hasta el comité federal del sábado, que se anticipa explosivo y puede acabar con la convocatoria de un congreso relámpago, diseñado por Sánchez para permanecer en un puesto para el que tiene menos fuelle tras la severa derrota en Galicia y Euskadi. "No estamos satisfechos. Los resultados son negativos", señaló el secretario de Organización, César Luena. No admitió preguntas.