MOVIMIENTOS EN LAS FILAS SOCIALISTAS

La diáspora del PSC se organiza

Las corrientes críticas exhibirán por primera vez unidad en un acto conjunto en Barcelona el día 21

Los diputados Elena, Geli y Martínez-Sampere (de espaldas).

Los diputados Elena, Geli y Martínez-Sampere (de espaldas). / FERRAN NADEU

JOSE RICO
BARCELONA

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El ala más catalanista del PSC quiere examinarse la próxima semana de su asignatura pendiente: la unidad. La multitud de corrientes, plataformas y cargos locales que comparten la etiqueta de críticos con la dirección del partido han preparado un acto conjunto el día 21 para tratar de exhibir músculo y, al mismo tiempo, dejar claro que su futuro no pasa por romper el carnet, sino por intentar cambiar el partido desde dentro. La cita, en las Cotxeres de Sants de Barcelona, culminará varios meses de contactos semanales en busca del mínimo común denominador entre todos los fragmentos de lo que ahora definen como «la diáspora socialista».

«Esta vez va en serio. Estaremos todos», afirman fuentes de estos sectores, que aseguran haber invitado a todas las sensibilidades, desde la vieja guardia hasta las generaciones jóvenes que disienten de la posición de Navarro en el debate soberanista. El acto, que en un primer momento se concibió como de apoyo a los tres diputados castigados por romper la disciplina de voto, lo capitanean las dos corrientes oficialmente organizadas: Avancem, de Joan Ignasi Elena, y Agrupament Socialista, del alcalde de Lleida, Àngel Ros, y la exconsellera Marina Geli.

Pero el target se ha ampliado, por ejemplo, a los exconsellers Antoni Castells, Montserrat Tura, Joaquim Nadal y Joan Manuel del Pozo, el exprimer secretario Raimon Obiols y el líder del PSC en el Ayuntamiento de Barcelona, Jordi Martí, inmerso hoy en la campaña de las primarias. Todos estos nombres respaldan la convocatoria, aunque algunos, como Nadal, han excusado su presencia por razones de agenda.

Solo una parte de la órbita del socialismo crítico ha quedado fuera de las invitaciones: los sectores que han optado por dejar el PSC. Es decir, no estará ni el exconseller Ernest Maragall, ni el exdiputado Toni Comín (aunque sí se ha invitado a representantes de su colectivo: Socialisme, Catalunya i Llibertat). Los organizadores quieren evitar así que desde la dirección se les pueda acusar de estar actuando al margen del partido. Fuentes de Avancem recalcan el carácter transversal de lo que desean que sea un «acto de confluencia, que se prime la voluntad de reconstrucción sobre los personalismos».

Fuentes de Agrupament Socialista aseguran que el territorio tendrá también un peso en el acto, dado que uno de los objetivos que se marcan a medio plazo es la posibilidad de constituir listas electorales cara a las municipales que puedan concurrir coaligadas con el PSC, lo que se conoce como marcas blancas. Un recurso que los socialistas han usado en anteriores comicios locales.

Fin de la tregua en BCN

Por otro lado, el fair play que desplegaban los candidatos a las primarias del PSC de Barcelona se demostró ayer como una táctica impostada en cuanto el órdago soberanista ha irrumpido en la campaña. Los flirteos secesionistas de Martí y la necesidad de distanciarse de las convulsiones internas del partido derivaron en las primeras fricciones entre los posibles alcaldables.

En el segundo debate a cinco, en RAC-1, Martí acusó a Jaume Collboni -considerado el aspirante más afín a la dirección- de ser «el Pere Navarro de las primarias». El ya exdiputado trató de marcar perfil propio: «Yo represento a las más de 2.000 personas que me han avalado, a nadie más». Laia Bonet y Rocío Martínez-Sampere, también del sector crítico, aprovecharon la ocasión para subrayar su escasa afinidad con el primer secretario.