PAISAJE TRAS LAS ELECCIONES INTERNAS DEL PSC

Críticos en el diván

Tras su derrota en las primarias, los díscolos se dan un tiempo para reformular su estrategia

Debate 8 Bonet, Carmen Andrés, Martínez-Sampere y Martí, en la campaña de las primarias de Barcelona.

Debate 8 Bonet, Carmen Andrés, Martínez-Sampere y Martí, en la campaña de las primarias de Barcelona.

JOSE RICO
BARCELONA

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Las primarias abiertas de Barcelona han tenido un efecto anestésico en el PSC. El partido, en especial la federación barcelonesa, ha cerrado filas en torno a Jaume Collboni. Sin salidas de tono ni malas palabras por parte de las candidaturas derrotadas, la mayoría de ellas pertenecientes a los sectores críticos con la dirección de Pere Navarro. Ambas partes han firmado entre bambalinas una tregua que perdurará, salvo sorpresas, hasta las elecciones europeas. Mientras, los dirigentes díscolos, la mayoría de los cuales están fuera de los órganos de dirección por iniciativa propia o por castigo, se han impuesto una profunda reflexión para medir bien sus próximos pasos.

Este ejercicio de diván se lo han recetado en los últimos días quienes cayeron en la primera vuelta de las primarias: Jordi Martí, Laia Bonet y Rocío Martínez-Sampere. «Liberado». Así se definió, días atrás a este diario, el todavía presidente del grupo municipal del PSC en el Ayuntamiento de Barcelona (hasta el 9 de mayo) y el tercero en la primera ronda de las primarias. Tras tomarse apenas unos días de relajo, Martí afirma que ya se ha puesto a buscar empleo. «Siempre en mis ámbitos, la formación y la gestión cultural». ¿Futuro político? Ahora mismo asegura no planteárselo, pues lo primordial es garantizarse un sustento, «un modo de ganarse la vida». Afirma que no se  pronunciará sobre cada una de las decisiones de la dirección pues sigue como militante de base. «Nunca digas nunca», asevera Martí, pero, de momento, no está en sus planes reengancharse al tren de la política, a pesar de que el alcalde, Xavier Trias, y algún sector en la órbita de ERC le hayan colocado un cebo envenenado.

Semilla plantada

Bonet volverá a la batalla para sacudir el PSC, pese a quedar en cuarta posición en las primarias. Lo dejó claro en un artículo en su blog al asegurar que no se da «por vencida» y que, con la experiencia de las primarias, ha plantado «una semilla política». Para la incógnita de dónde germinará en el futuro no hubo respuesta, aunque una posibilidad que está en el horizonte son las primarias que Navarro convocará para elegir al candidato a la Generalitat.

Primero desea, sin embargo, comprobar si las corrientes críticas pueden hablar de una vez con una sola voz: «La imposibilidad de llegar a un acuerdo entre las candidaturas renovadoras es un síntoma de debilidad, por falta de liderazgos y estrategias capacitadas para dar la batalla al oficialismo con unas mínimas garantías de éxito», constató.

La situación de Sampere es distinta porque, pese a haber dimitido de la ejecutiva del partido, mantiene su escaño en el Parlament, donde se ocupa del área de educación dentro del grupo socialista. De hecho, aprovechando un reciente debate parlamentario, la diputada se dirigió a la consellera del ramo, Irene Rigau, con esta afirmación en la que puede leerse una autocrítica: «Cuando uno arriesga puede perder. Se lo digo yo. Pero quien no arriesga no gana».

Pero el periodo de reflexión trasciende a los perdedores de las primarias y abarca toda la disidencia socialista, que vela armas a la espera de la sentencia de la comisión de garantías sobre los tres diputados arrinconados por Navarro. La sospecha generalizada es que la sanción sea similar a la que ha sufrido el dirigente de Avancem Fabian Mohedano por acudir a un mitin de ERC. No ha sido expulsado del partido, pero sí de la ejecutiva. Mohedano ha dejado «en el congelador» su carnet de militante y su asociación, que encabeza Joan Ignasi Elena, amenaza con salir del PSC en junio si la situación de los díscolos no se reconduce.

Lo cierto es que esta tensión latente discurre en paralelo a los contactos que representantes del sector crítico han mantenido con el secretario de acción política, Antonio Balmón, en los últimos meses, a fin de pactar la enésima tregua. Expirará el 25-M y en la dirección socialista son conscientes de que entonces deberán coger el toro por los cuernos si no quieren que la tempestad interna aceche a los comicios más trascendentes para el partido: las municipales.