Fractura de la calle, fractura del Congreso

La fractura social evidente en las manifestaciones unionistas y prodiálogo que pisan la calle se traducirá, también, en una crispada división en la moqueta. La crisis en Catalunya volverá a partir el arco parlamentario en bloques de confrontación esta semana: el PP defenderá su actuación con el apoyo de Ciudadanos. El PSOE, en un equilibrio complejo, tratará de mantenerse a caballo entre dar respaldo al Estado y censurar las cargas policiales. Y una tercera posición, la de Unidos Podemos y las fuerzas catalanas que, más allá de las diferencias sobre el independentismo, mostrarán su preocupación al considerar que, bajo el paraguas de la defensa de la soberanía,  la respuesta de Mariano Rajoy a la Generalitat conduce a un  inquietante repliegue a las esencias del nacionalismo español. El pleno del Congreso orbitará la semana entera en torno al conflicto catalán con debates de elevado potencial simbólico y la comparecencia del presidente del Gobierno, aún sin agendar, pero que será previsiblemente el miércoles.

El debate, que se augura acalorado, comenzará el martes, con dos mociones (ERC y PDECat) que instan al Ejecutivo a reconocer los resultados salidos de las urnas el 1 de octubre y una de En Comú Podem que pide una mediación con la Generalitat.  Son iniciativas que carecen de función vinculante pero que son sustantivas en lo icónico y elevarán la tensión en el hemiciclo. 

Oficialmente la comparecencia de Rajoy no está confirmada, porque la Moncloa está a la expectativa d elos pasos que pueda dar en las próximas horas el 'president', Carles Puigdemont. La suspensión que el Tribunal Constitucional (TC) hizo del plenodel 'Parlament' el lunes hizo albergar ciertas esperanzas de bloqueo en el Gobierno, pero la decisión de trasladarlo al martes ha alterado toda fiabilidad en las previsiones.

Condena a Santamaría

Ante la incertidumbre, es previsible que Rajoy no confirme su comparecencia hasta el último momento. Aún con las dudas, fuentes parlamentarias aseguran que la intención es que el presidente dé explicaciones sobre el conflicto abierto en Catalunya el miércoles por la tarde, tras una sesión de control que está copada por preguntas sobre la crisis territorial y por la controvertida interpelación urgente del PSOE, que tiene todos los visos de ser aprobada.

La vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, tendrá que responder a las preguntas de los 'comuns' y Podemos, pero, además, deberá afrontar la fiscalización de los socialistas, que le piden explicaciones sobre las cargas policiales en Catalunya en una iniciativa que, salvo imponderables, se transformará la siguiente semana en una moción para reprobarla.

Que la iniciativa sea contra Sáenz de Santamaría y no contra el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, no es baladí. El PSOE evita cargar las tintas contra los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado y ponen el foco en la decisión política desde la Moncloa. Fuentes socialistas aseguran que su líder, Pedro Sánchez, comunicó al presidente del Gobierno que iba a plantear esa iniciativa en el Congreso la misma mañana del 1-O cuando vio las cargas policiales contra los ciudadanos que iban a votar.

En Senado, que también tiene pleno previsto esta semana, ERC y PDECat preguntarán sobre la situación en Catalunya, lo que implicaría de facto una vuelta a la actividad parlamentaria tras su retirada el pasado 26 de septiembre por la respuesta del Gobierno al proceso independentista.