El PP se abre a mejorar la democracia interna pero sin primarias

Rueda de prensa de Maillo

Rueda de prensa de Maillo / periodico

PATRICIA MARTÍN / MADRID

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Horas antes de que José María Aznar hiciera pública su renuncia, el vicesecretario de organización del PP, Fernando Martínez-Maíllo, presentó las líneas maestras de la ponencia política y de estatutos, la más importante  que se debatirá en el congreso de la formación, del 10 al 12 de febrero. La salida del expresidente restó, por tanto, protagonismo a la difusión de los principales cambios que el partido conservador está dispuesto a adoptar para modernizar su organización. En el acto con la prensa, ni Maillo ni el resto de los dirigentes presentes conocían la salida de Aznar e incluso el vicesecretario respondió que el aún presidente de honor podía acudir al cónclave sin necesidad de invitación.

Ante la demanda social de que los partidos mejoren su democracia interna, la ponencia incorpora tímidos avances para mejorar la participación de los afiliados. No es un clamor entre la militancia del PP el reclamo de intervenir en la elección de sus líderes, de ahí que solo las direcciones de Madrid y Valencia enarbolen esta bandera. Para satisfacer a esta facción pero sin romper con la tradición en el PP, Maíllo y el resto de ponentes se han estrujado en las últimas semanas la cabeza y han alumbrado un sistema único que incorpora una doble vuelta, pero imperfecta. El modelo permite que los militantes, que se inscriban previamente, puedan votar, pero luego los compromisarios (a su vez elegidos por los afiliados) seguirán eligiendo al presidente nacional, regional o local de entre los seleccionados por las bases con más del 10% de los votos.

Eso siempre que en el PP haya más de una candidatura, algo inusual. De hecho, en el próximo cónclave solo hay un aspirante, Mariano Rajoy, que tendrá carta libre para elegir a su equipo. Las nuevas normas no serán de aplicación en febrero, pero sí en los congresos regionales y locales que hasta el próximo verano.

COTO A LA CORRUPCIÓN

Además, para adaptarse a la ley de partidos, el PP creará una “oficina del cargo popular” que se ocupará de vigilar a sus puestos orgánicos, para evitar así la corrupción. Eso sí, no incorporará, como pide C’s, que se expulse a los dirigentes imputados, y mantendrá esta sanción a partir de la apertura de juicio oral, para amparar la sacrosanta presunción de inocencia que siempre blande Rajoy. Se cumplirá, no obstante, lo suscrito con C’s en aquellos ámbitos firmados y a nivel parlamentario y gubernamental en virtud del acuerdo de investidura.

Además, podrán ir imputados en las listas, no lo impedirán los estatutos. Si bien, los candidatos deberán firmar una "declaración de idoneidad" y entregar un resumen de su declaración de IRPF y de bienes, que vigilará la oficina.