SOLIDARIDAD CON EL GOVERN

Colas para 'confesar'

Afluencia masiva 8 Imagen de los alrededores del TSJC, ayer a mediodía, con la cola de personas que querían autoinculparse.

Afluencia masiva 8 Imagen de los alrededores del TSJC, ayer a mediodía, con la cola de personas que querían autoinculparse.

MARÍA GARCÍA SAN NARCISO / BARCELONA

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Como si fuera una escena de El club de los poetas muertos, en la que, uno a uno, todos los alumnos de una clase se atribuyen la presunta fechoría que un compañero ha realizado, centenares de personas acudieron ayer a la llamada de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) para autoinculparse por su participación en el 9-N. Entre ellos, la plana mayor de ERC, con Oriol Junqueras a la cabeza, y la de CDC, con Josep Rull Jordi Turull, que acudieron a solidarizarse con Artur MasJoana Ortega Irene Rigau.

La acción había sido convocada para el mediodía ante el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC), tras haber admitido a trámite la querella presentada por el fiscal general del Estado contra el president. Los convocados tenían de tiempo hasta las tres para presentar su autoinculpación, pero el exceso de gente provocó que muchos no lograsen entrar al tribunal. Los que sí lo consiguieron exhibían al salir orgullosos su autoinculpación sellada y la diligencia de ratificación. Como Antonio y Conchi, una pareja que tiene claro que si les llaman a declarar, irán. «No hemos hecho nada», señalaron. Al tiempo que salían ellos, entraba orgullosa María Parellada, una incansable mujer de 96 años que ya había enviado una carta al fiscal general de Estado confesando que había votado sí- sí el 9-N.

La cola llegó a rodear gran parte del tribunal. «Pensábamos que aquí iba a haber cuatro gatos. Pero da gusto llegar y ver que la gente se mueve no solo para ver a Justin Bieber o para las rebajas», comentó David Torrano, un hombre que, como otros muchos, considera que la acción no va a ir a más, aunque acudió asumiendo todas las consecuencias. «Iré hasta el final. Si tienen que acusar a una persona por defender mis derechos quiero ir con él», recalcó María Asunción Moncadas, suplemente de una mesa en el 9-N. «Es mi deber ciudadano», apuntó Francesc Rangel, que fue gestor de mesa en la consulta.

Entraban en grupos de 10, vitoreados por el resto que se mantenían a la espera, eso sí, nadie se subió a una mesa, ni declamó el inmortal poema de Walt Whitman que aparece en la película de Peter Weir, aquel que empieza por el ¡Oh, Capitán! ¡Mi Capitán!, que seguramente habría henchido de orgullo a Mas.

«Solo hay dos funcionarios para esto. No han puesto ni uno más», afirmó indignada Dolors Prats, de la ANC. Los que no tuvieron tiempo tienen la opción de entregarla en un juzgado de guardia. «Yo sugiero que la gente lo lleve al juzgado de guardia de la Ciutat de la Justícia, tras la Misa del Gallo», propuso Prats. Huelga decir que aquí lo importante es la hora, por aquello de molestar a la Administración, no ir al oficio religioso.