el pulso soberanista a escala local

CiU y PP rompen en Sitges por el rebautizo de la calle de Espanya

Enric Millo, flanqueado por dos de los ediles suspendidos por el alcalde de Sitges, ayer frente al ayuntamiento.

Enric Millo, flanqueado por dos de los ediles suspendidos por el alcalde de Sitges, ayer frente al ayuntamiento.

XABIER BARRENA
BARCELONA

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el debate soberanista llega ya al nivel local. La capilaridad política lógica que comunica los ciudadanos y los ayuntamientos con el Parlament ocasiona choques como el que en estos días se vive en Sitges, una localidad con un pie en su entorno del Garraf y otro en la región metropolitana, una especie deSant Cugat-sur-mer.El alcalde de la localidad, Joaquim Forns (CiU), suspendió el miércoles a los tres concejales del PP en el consistorio, miembros del gobierno municipal. La razón es su oposición a secundar el cambio de nombre de la plaza y la calle de Espanya por sus nombres originales, Pou Vedra y Bassa Rodona, respectivamente.

El debate, claro está, no recae en si cabe recuperar el nombre antiguo de esos espacios. La propuesta fue elevada por la CUP e incluso se realizó una consulta entre los vecinos de Sitges, que contó con 624 sufragios (con el 60% a favor del cambio de nombre). El censo de la villa del 2010 recuenta 28.000 habitantes.

El pleno municipal del 29 de junio aprobó el doble cambio de nombre, con los votos a favor de CiU y la CUP, la abstención del PSC y los votos en contra de los representantes del PP y de los partidos locales Sitges Grup Independent (SGI) y Nou Horitzó Sitges (NH).

Un mes después, el 30 de julio, los ediles del PP comunicaron que se tomaban un periodo de reflexión a raíz de la medida aprobada por el pleno municipal. Y tras dos semanas, ha sido el propio alcalde el que ha dado por vencido dicho periodo.

Forns aseveró que ha tomado esta decisión porque entiende que «una vez transcurrido un tiempo prudencial, el gobierno municipal de Sitges no puede estar en situación de provisionalidad». El alcalde «devolverá las atribuciones a los tres concejales en caso de que decidan seguir en el gobierno de Sitges», dijo el ayuntamiento mediante una nota. Es decir, si los tres ediles apoyan la eliminación del términoEspanyadel callejero de la ciudad.

La suspensión temporal de atribuciones comporta que durante este periodo, hasta que la decisión sea firme en uno u otro sentido, el propio alcalde y los restantes miembros del gobierno municipal asuman las funciones que hasta ahora desempeñaban los regidores del PP.

El portavoz del ejecutivo municipal, Jordi Mas, señaló ayer que Sitges precisa un equipo «cohesionado, comprometido y leal con la acción de gobierno» y dijo que, en tanto dura la reflexión, los ediles populares no están al 100%. Mas dio de plazo hasta septiembre, cuando se retoma la actividad política en el consistorio, para que se definan.

RESPUESTA DE MILLO / El caso ha merecido la atención de la dirección del PP catalán, en lo que se podría tildar de rebote de capilaridad. El portavoz parlamentario, Enric Millo, afirmó ayer en Sitges que CiU quiere imponer «laestelada, la independencia y la ruptura con España» porque tiene «una obsesión enfermiza» con el proceso soberanista. Millo exhortó a la federación a definir con quién quiere gobernar, y si su opción es la CUP, «que lo diga claramente y ya está y que no maree la perdiz ni haga perder el tiempo a la gente».

Millo sentenció que «si el alcalde, presionado o no por su partido, lo que quiere es imponer también en Sitges la estelada, que no cuente con el PP». Ni en el programa de CiU ni en el pacto local de gobierno, aducen los populares, había mención alguna al cambio de nombre.

Sobre la decisión, Millo la tildó de «insólita, injustificada y temeraria» y pidió a Forns que «corrija y dé marcha atrás». El portavoz del gobierno municipal respondió que quien tiene que reflexionar es el PP.