CAMBIO DE AIRES EN LA INSTITUCIÓN PROVINCIAL

CiU leva el ancla del PPC

El presidente de la Diputación de Barcelona, Salvador Esteve, conversa con el líder del PSC, Pere Navarro, ayer, antes de iniciarse el pleno.

El presidente de la Diputación de Barcelona, Salvador Esteve, conversa con el líder del PSC, Pere Navarro, ayer, antes de iniciarse el pleno.

JOSE RICO
BARCELONA

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Para zarpar rumbo a Ítaca con los compañeros de viaje adecuados, la federación de CiU ya ha empezado a soltar lastre. Tras la reflexión anunciada después de las elecciones autonómicas por el secretario general de CDC, Oriol Pujol, los nacionalistas cortarán de forma«inminente»la amarra más fuerte que les unía al PPC, la de la Diputación de Barcelona. El día fijado en el calendario no era ayer porque las decisiones están previstas para la semana que viene, pero como tocaba pleno en la institución provincial, se buscaban aquellos gestos y palabras que pusiesen de manifiesto el cambio de aires. El orden del día invitaba a ello, pues se debatían dos mociones de apoyo a la declaración de soberanía de Catalunya aprobada en el Parlament. CiU, ERC e ICV-EUiA otra vez de la mano y enfrente, los populares y, de nuevo, el PSC.

Pero como antes de tronar relampaguea, el debate soberanista se produjo pocos minutos después de que el presidente de la diputación, Salvador Esteve (CiU), ratificase la designación de dos vicepresidentes a propuesta del PPC, Ramon Riera y Josep Llobet, que se reparten las áreas que dejó vacantes el dimisionario Alberto Fernández Díaz. Según las fuentes consultadas, se trataba de un simple trámite para evitar complicaciones burocráticas, pero se da por seguro que dimitirán de sus responsabilidades en cuanto CiU ejecute el viraje. De hecho, Esteve y Llobet conversaron el miércoles al respecto. Lo que no resultó accesorio fue el intercambio dialéctico a cuenta de la declaración de soberanía.

La mano de Junqueras

El tripartito CiU-ERC-ICV refrendó la«adhesión»de la corporación provincial al texto que define a Catalunya como«sujeto político y jurídico soberano»,y supuso la ruptura de la unidad de gobierno que ha regido el último año y medio. La presidenta del PPC, Alícia Sánchez-Camacho, ve detrás de estos movimientos la mano del líder de Esquerra, Oriol Junqueras. Aunque no figura como condición en su pacto de estabilidad parlamentaria, los republicanos esperan con impaciencia que la federación se decida a certificar el fin de la alianza. Acabado el pleno, Esteve dio a entender que aspira a una transición«amistosa».No teme obstáculos para dirigir el ente en minoría, como hacen Mas y el alcalde de Barcelona, Xavier Trias.

A su favor juega que la mayoría de votaciones en la diputación se resuelven por unanimidad. Caben los ejemplos de la investidura de Esteve y los dos últimos presupuestos, que recabaron un amplio apoyo, siguiéndose así la tradición de esquivar la confrontación política en una Administración elegida por sufragio indirecto, pero que maneja un presupuesto de 741 millones, un 16,7% más que el año pasado.

Disposición socialista

Ningún grupo aludió explícitamente a la ruptura CiU-PPC en los 45 minutos que duró la sesión. ICV-EUiA no pondrá objeciones para todo lo que signifique restarle poder a los populares, y recuerda que siguen pendientes los pactos en Badalona, Castelldefels y Reus. Pero el único partido que se ofreció como alternativa fue el PSC. En el pleno, el diputado provincial socialista y antecesor de Esteve, Antoni Fogué, apeló a«amplios acuerdos»por el bien de los ayuntamientos. En los pasillos, el primer secretario, Pere Navarro, que también es miembro de la corporación, se mostró dispuesto a escuchar y negociar.

Sobre los 18 representantes socialistas -son 19, pero faltaba el alcalde de Sabadell, Manuel Bustos- también se fijaron las miradas para ver si Navarro era capaz de blindar la disciplina de voto en la moción soberanista. Formalmente, la resolución no fue votada, pero ningún diputado del PSC puso pegas alnoque anunció Fogué. No se reprodujo la rebelión que prendió en el Parlament, siguió en varios ayuntamientos, consejos comarcales y las diputaciones de Lleida y Girona, y que hoy podría culminar en el Ayuntamiento de Barcelona.

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